martes, 15 de noviembre de 2011

"No puedo dormir, tengo problemas mentales"

Sigo en la línea, pero ya para (casi) terminar; en referencia a los buenos o en su defecto malos desenlaces. Ahora le toca el turno a un film del año 2001 llamado "Ni una palabra". Esta vez sí, seré breve:
La película tiene unos primeros 25 u 30 minutos prometedores, llenos de intriga y tensión. Los cabos sueltos se suceden y no llegas a comprender que relación pueden tener entre ellos. Esta fórmula de por sí ya es apetecible y efectista. Pero, poco a poco la trama se desmorona, los personajes se desploman bajo sus interpretaciones y la historia en definitiva pierde fuelle, emoción o como queráis llamarlo. Hasta llegar al final, un final tan ridículo que casi asusta. Parece que el desenlace se hubiera improvisado in situ y se rodara sin guion ni idea. Es como un gran parche que une de algún modo todas las piezas. Como se suele decir habitualmente en el mundo del futbol, el partido (la película) ha ido de más a menos. Ni siquiera el siempre creíble (para mi gusto) Michael Douglas consigue sostener la trama.
La verdad es que la historia no es mala, como pasa con otros muchos films, los cuales ya de inicio no tienen nada que aportar o muy poco (para ejemplificarlo me vienen a la cabeza un par de títulos como son "7 Almas" o "el Bosque"). En este caso insisto, no es reprochable el guion, si la ejecución del mismo. Supongo que en un caso así tiene mucha culpa el director (Gary Fleder), un auténtico desconocido para mí. Aunque de su filmografía destaco "cosas que hacer en Denver cuando estás muerto" y "el jurado" (esta última muy interesante), en esta ocasión, con "Ni una palabra" se ha cubierto de gloria. Es un thriller que podía haber dado más de sí, e insisto y termino, si por lo menos hubiera tenido un desenlace distinto, tal vez hubiera salvado los muebles, pero no es el caso. Para mí, esta película es un claro ejemplo de cómo joder una historia, ya de por si dañada, con un desenlace atroz.
Aun así, se deja ver porque aporta destellos de buen cine.


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