jueves, 24 de noviembre de 2011

" - Esta embarazada".

Vamos a iniciar una nueva categoría. Hoy le sacamos el precinto al género cinematográfico que nos habla sobre el fin del mundo y que nos cuenta una historia desde un punto de vista posterior a un hecho que, o ha terminado con la raza humana, o va por el camino de hacerlo. Esto es, el cine post apocalíptico. Y sabía porque quería hablar de ello, pero lo he olvidado.
Lo más importante en este tipo de cine, por supuesto, es el contexto. A menudo parece que este género no puede dar mucho de sí, que no hay mucho jugo que extraer, pues a fin de cuentas siempre es lo mismo; la extinción de la raza humana. A priori nos cuentan lo mismo. Pero, realmente no es así. Me explico.
Lo que buscan estas historias en involucrar al espectador. Transmitirle incertidumbre y pesar. En cierto modo me gustan por su capacidad para describir la falta de esperanza. No hay salida, solo cabe esperar. Pero, suelen dejar una puerta abierta, una luz al final del camino que otorga esa esperanza para la raza humana.
Hay una serie de aspectos a tener en cuenta, por ejemplo, uno de importante es el que trata sobre el cómo. De qué modo, la raza humana se ve expuesta al fin de sus días. Dos posibilidades:
Por un lado, es el propio hombre el responsable de dicho destino.
Por otro, factores externos, imprevisibles e injustificables son los culpables del exterminio. Determinar que factor corresponde a cada historia nos posiciona a nosotros (al espectador) de un modo u otro. En el primer caso, cuando cualquier error de cálculo (el más común es un virus mortífero pero hay más) creado por el ser humano se encarga de eliminarnos sistemáticamente, quien visualiza la película perfectamente puede experimentar algún tipo de sentimiento cercano al rencor. Algo así como un "nosotros nos lo hemos buscado". En estas ocasiones se suele dejar una puerta abierta para la esperanza, para hallar el remedio y poder volver las aguas a su cauce y evitar así la destrucción de nuestra raza. En mi modesta opinión, incorporan un punto de fascinación hacia nosotros. Creo que nos venden el hecho de que nuestra especie no puede (no debe) desaparecer, porque somos buenos, justos, maravillosos, etcétera etcétera. Y sobre todo útiles. El desenlace a veces parece muy previsible. A Dios gracias no siempre es así. Para mí este contexto pierde un poco de interés precisamente por lo que estoy comentando.

La otra cara de la moneda, nos posiciona en el mismo contexto pero por diferente motivo. Esto es, algún elemento (mayoritariamente de carácter natural) es el culpable/responsable. Aquí el espectador perfectamente puede (o debe) sentir compasión ante tal injusticia. Así, a medida que avanza la trama, uno puede sentirse identificado y terriblemente afligido para hacia su compatriota humano. Cuando se da el caso, genera un punto de interés la pregunta que nos surge y que responde al ¿porque? Es decir, ¿a qué se debe este terrible incidente mundial? Buscar respuestas para comprender y para revertir la situación. Asimismo contempla el ¿quien? Abra algo o alguien que se responsabilice de esta situación, ¿verdad?
En resumidas cuentas, en este segundo supuesto, las dudas se suceden y le otorgan si cabe mayor interés al film. Pero no quisiera desviar el tema.
Hablaba sobre el contexto, que técnicamente es la suma de todas estas preguntas: ¿Que?, ¿Cómo? ¿Cuando? ¿Quien o qué? ¿Porque?...

Para examinar este género empezare por el final, es decir, primero quiero comentar la que a título personal me causo mayor impacto. Y no porque sea la más espectacular a nivel narrativo, ni porque sea la más intensa ni la que nos cuente la mejor historia, si no simple y llanamente por el contexto, valga la redundancia. Se titula "hijos de los hombres, y me llevo a una profunda reflexión.
Tiene un punto que la distancia de las demás. En esta historia, a la raza humana no le pasa nada. A las personas que en ese momento habitan el planeta están sanas. Vale, no es del todo cierto solo que para el caso sí lo es. Las mujeres han perdido la capacidad para engendrar nuevos retoños o los hombres para reproducirse. No queda claro. Solo sabemos que es así. No es posible tener hijos, basta con eso. Pero todos y cada uno de los seres humanos que existen en ese momento, año 2027, están bien. El único problema evidente derivado de ese hecho es que no existe futuro. Ellos son la última representación humana en un planeta llamado Tierra. ¿Y como actúa esa ultima representación? Pues matándose entre sí. ¿Qué más da? No viene nadie detrás. Esa es la naturaleza humana. Perdón, ¿esa es la naturaleza humana? ¿Es eso lo que ocurriría? En opinión del director, del guionista o de quien coño sea, si. En mi siempre modesta opinión, también. Y esa es mi reflexión: En cualquier otra historia post apocalíptica, la raza humana lucha por sobrevivir, aunque sean los únicos, como por ejemplo pasa en otra película que pronto comentare y que se llama "la carretera".
Consciente o inconscientemente, (más lo segundo que lo primero) nadie se resigna a perecer sin luchar hasta el fin, pues siempre hay esperanza. Hay atisbo de supervivencia para un futuro. Pero en "hijos de los hombres" el futuro no existe, nuestra especie ha escrito la última página de una larga historia. Y el final podría ser feliz, pero han decidido que no lo sea. Nadie quiere ser el primero en abandonar el planeta, si no el último. El egoísmo y/o egocentrismo humano alcanza cotas increíbles, insultantes e irracionales.



sábado, 19 de noviembre de 2011

" Es una cuestión semántica"

- Es una cuestión semántica.
- Y si te dijera que loco es trabajar 50 horas a la semana en una oficina durante 50 años para que luego te envíen a la mierda. Para acabar en algún asilo de ancianos esperando morir antes de sufrir la indignidad de intentar llegar al retrete a tiempo.
- ¿No consideras que eso es estar loco?

- Asesinar a 30 personas, sea semántica o no, es de locos.

- Recuerdo a una niña. Atravesé tres estados con su cabeza de sombrero.

- Hoy es el cumpleaños de mi hija. No te sientas obligado a compartirlo todo conmigo.

Madre mía, que película más lamentable. Por varios motivos. En la mayoría de fases responde a los clichés clásicos de típica película americana, patriótica y que solo entienden los norte americanos (tal vez ni ellos). Como se dice vulgarmente, "una americanada". Personajes planos, historia irreverente con origen en una injusticia hacia el hombre más bueno del mundo, que sin quererlo se ve envuelto en un homicidio. Y precisamente cuando su bella esposa está embarazada de su primer hijo. Un excepcional ranger, con un corazón que no le cabe en el pecho al que los problemas parecen perseguirle. Es lo más simplón y cursi que he visto en tiempo. A parte, y para rematar la jugada, la figura del poli bueno y el poli malo. Recurso tan y tan utilizado y tan y tan cansino y mal llevado que me dan ganas de vomitar. El poli bueno (John Cusack, Vince Larkin) cree en la bondad incondicional del recluso-trozo de pan Cameron Poe (Nicolas Cage), mientras sus compañeros solo están por la labor de eliminarlo a él y a todos los demás presos que viajan en el avión. Una lucha (estúpida) de poderes en la que las convicciones de unos y otros se alargan durante todo el metraje hasta que al final, en un momento de debilidad emocional, el poli malo se da cuenta de que su compañero el poli bueno esta en lo cierto y en el último instante, en un suspiro de lucidez, cuando tiene en su mano derribar el avión, da marcha atrás y se posiciona en favor del recluso-trozo de pan. Total, una mierda.
Para más inri el personaje de John Malkovich (Cyrus Grissom) en el papel de perfecto psicópata sin escrúpulos y con un plan infalible para salirse con la suya. Todo le viene de cara, tiene a su grupo de compinches debidamente aleccionados y rindiendo pleitesía a su persona. El pobre de Cameron-Trozo de pan-Poe no lo ve nada claro. Es más, no tiene aparentemente nada que hacer. Ha de lidiar contra todo y contra todos (sin además ser descubierto) y con escasas probabilidades de éxito. Por supuesto se sale con la suya, faltaría más. Triunfa la bondad. Todo ello mientras una mujer, una madre sola y asustada, acompañada de su desamparada hija, aguarda en tierra noticias sobre su marido y padre de la criatura desconociendo el motivo por el cual no se ha reunido con ellas cuando ha tenido la oportunidad. Y el motivo es, por supuesto de peso; su compañero y amigo ha sido herido por el líder de la banda. Precisamente su compañero y (único) amigo de entre todos los presos que viajan con él. Justamente el, (además su amigo es de color, para darle un enfoque más injusto si cabe a la historia) de entre todos. El psicópata líder Cyrus Grissom, que se jacta de haber matado más hombres que el cáncer, le dispara en el pecho. Un asesino infalible, que nunca falla, dispara su arma a quemarropa contra el pecho del amigo de Trozo de Pan, pero mira tú qué casualidad, esta vez no termina con él. Solo lo hiere. Por cierto, el amigo herido tiene diabetes, y no hay ni una sola maldita jeringuilla en todo el puto avión.
Me están entrando nauseas.
Voy a dejarlo porque creo que ha quedado claro porque es una mierda de película. Solo añadir que en mitad de este escenario catastrófico, se suma el sin fin de tiros y explosiones, sin ningún orden ni criterio, y que en cualquier caso, el destinatario es Cameron Trozo de pan Poe. Siempre está a un paso de palmarla, pero siempre sobrevive. Es el perfecto ranger superhéroe. Y sin olvidar la aportación que hace al salvaguardar la integridad física de la mujer policía que viaja con ellos, como rehén, y que está en todo momento a merced de un violador que cumple condena por su obsesión hacia las mujeres y que ha puesto su punto de mira en ella. Él solito va sofocando todos los incendios que van apareciendo, para que quede claro del todo que él es el bueno de la película. Y que la bondad, por muchas trabas que le surjan, acaba triunfando. Aviso a navegantes.
Mencionaría para terminar el final, quería hacerlo, pero creo que ya no será necesario. Quien quiera que lo vea, y tal vez antes ya lo habrá deducido. A por cierto, todo esto aliñado con una banda sonora de lo más ñoña que he oído en mi vida, algo repugnante para ese contexto.
En definitiva, me sabe mal por los dos personajes protagonistas, (Cage y Malkovich), que no sé quien coño les engañaría para hacer este pequeño bodrio, o a quien le deberían dinero, o que apuesta perderían, pero con esta película, su cache pierde galones.
Entonces, ¿si tan mala me parece, porque estoy hablando sobre ella? Pues muy sencillo: Por la dialéctica. Las expresiones, la forma de comunicación. Vaya por delante que para hablar debidamente sobre ello, primero debería conocer la versión original de la cinta para luego poder hacer una comparativa con la traducción al castellano, que, muy probablemente dista un poco (o bastante en ocasiones) de la realidad. Pero aun así me arriesgare pues no poseo la habilidad del poliglota.
Hablando sobre esto, de algún modo abro un capitulo que bien puede alargarse mucho en el tiempo dado que, el estilo gramatical está muy presente en el 99% del cine que sale de Hollywood. Es una de sus señas de identidad mejor identificables. Y aunque puede ser un episodio largo, lo racionare debidamente. Por el momento pongo esta película como ejemplo y destaco frases y/o diálogos como los que siguen. (El primer ejemplo esta en las líneas iníciales de la entrada):

Llegada de uno de los policías de la división de narcóticos al aeropuerto desde el que va a partir el avión que va a transportar a los presos a una nueva penitenciaria. Llegada en coche, un precioso descapotable gris.

- Duncan, me alegro mucho de verte. Es muy bonito
- ¿Bonito? Un atardecer, los niños pequeños son bonitos. Esto, esto es espectacular.

Momento en el que los presos son conducidos hacia el interior del avión. Los policías que lo observan desde la video cámara describen a los más destacables:

- Ya os dije que el vuelo de hoy seria especial.
Este es William Bedlam, alias "Billy Belcebú"
- ¿El asesino de masas?
- El mismo. Pillo a su mujer en la cama con otro. No le izo nada. Se fue directamente a la casa de la familia de su mujer. Mató a sus padres, hermanos, hermanas y al perro.
- ¿Quien es ese hermano de la pantalla?
- Jones, alias "Perro Diamante". Ex-general de las guerrillas negras. Izo explotar una bomba en un congreso de la asociación del rifle alegando que representaban lo más negativo de la raza blanca. En la cárcel escribió un libro; reflejos en un ojo de diamante. Según el New York Times es una llamada al despertar de la comunidad negra. Ya han hablado con Denzel para hacer la película.
- Este ha hecho de todo. Secuestro, robo, asesinato, extorsión... Se llama Cyrus Grissom, alias "Cyrus el Virus". Tiene 39 años, 25 de ellos los ha pasado recluido. Pero ha aprovechado su encierro. Ha sacado dos carreras y un doctorado en derecho. Además ha matado a 11 internos, ha provocado 3 revueltas y se ha fugado 2 veces. Se jacta de haber matado a más hombres que el cáncer.

Llega el turno de embarcar para Cameron Poe. Cuando el guardia que le registra le escanea y le cachea le encuentra una foto en el bolsillo superior de la camisa de preso...

- ¿Y esta mierda?
- Es mi hija
- A mí como si es Mis América. Nada de objetos personales en el avión.
- Sabe que antes o después tendrá que devolvérmela.

Una vez dentro del aparato, el jefe de los guardias que se encargan del orden a bordo, lanza el siguiente mensaje:

- Bueno, bienvenidos. Vaya vaya, veo un montón de celebridades. 11 Óscar al mejor psicópata, 2 al mejor carnicero y una autentica joya en bruto. Pero eso caballeros, no me impresiona. En este avión tenemos unas normas y se cumplirán, es como un parvulario. Las manos alejadas de los demás, el nivel de decibelios bajo, y a alguien le da por gritar, escupir o morder, será castigado. (Uno de los presos automáticamente escupe en el suelo y dice):
- Jodete.
- Castigad a este nazi de mierda.

Los presos, encabezados por Cyrus Grissom, se apoderan del avión y toman en control. Cyrus entra en la cabina donde está el piloto:

- Di una sola palabra sobre esto por radio, y te juro que las próximas alas que veras serán las de las moscas, revoloteando sobre tu podrido cadáver.

Otro más:

- El piloto pregunta que qué hace.
- Aterrizar en Carson City como estaba previsto.
- ¿Carson City? La ley está allí, ¿te has vuelto loco?
- Según mi último análisis psicológico... Si.

Momento en el que se ejecuta la primera parte del plan de los presos, que consiste en bajar a 6 reclusos en Carson City y permitir la subida de 3. Todo ello para que nadie sospeche del motín que ha habido a bordo. Como alguno de los implicados en el descenso está muerto, se selecciona a un guardia, que debidamente amordazado, pasara por la persona que realmente debía ir. Precisamente el escogido es el guardia que previamente le había usurpado la foto de su hija al bueno de Cameron Poe. Y por ello, se la sustrae de su bolsillo:

- Te dije que la recuperaría.
- Que te jodan muerto de hambre.
- Todavía vivo y como. Anda ponte esto, acabo de salvarte la vida.

En Carson City sube un preso muy peculiar. Uno de esos personajes de ficción made in Hollywood, tan llamativos y ocurrentes. En este caso el sujeto se llama Garland Greene y se apoda "el mutilador de Ohio". Sobran las palabras. Pues bien, el susodicho, desde que sube al avión, se dedica sistemáticamente ha lanzar frases ingeniosas y con mucho sentido, más propias de una catedrático de universidad que de un "psicokiller". Por ejemplo cuando se dirige por primera vez a Cameron y a su socio:

- Es una fuente de furia mal enfocada. A saber la razón. Su madre le mimo demasiado o muy poco. Tal vez nadie quería jugar con él, o quizá una mala relación. Ahora está muy furioso, los momentos de levedad le producen dolor. Le dan dolor de cabeza. Al caballero le duele la felicidad.
- ¿Qué le pasa a ese?
- Me parece que ha ese tipo le pasa de todo.

Cuando se conocen Vince Larkin y Cameron Poe, en el contexto de una especie de guerra, la primera toma de contacto es apuntándose mutuamente. Cuando Larkin le pide que baje el arma el otro le suelta:

- Lo siento jefe. Solo confío en dos hombres. Uno soy yo y el otro no eres tú.

Otra de Garland Greene:

- Define la ironía: Un montón de idiotas bailando en un avión al ritmo de una canción que popularizo un grupo precisamente muerto, en un accidente aéreo.

Y basta por hoy.


"- Un tipo me dijo una vez: No admitas nada en tu vida que no puedas dejar en 30 segundos si la pasma te pisa los talones"

A decir verdad, ahora quiero hablar sobre "Heat" pero no sé porque. Y sabia el motivo, pero ya no lo recuerdo, por lo tanto, el prologo (por llamarlo así) no va a existir. Solo la comentare y destacare por lo que a mí me parece interesante, sin seguir un hilo que he intentado llevar para relacionar un tema con el otro. Como dije ya hace tiempo, este blog se basa en la ausencia de orden, lo más parecido a un sistema anárquico.
Heat, película del año 1995. Dirige Michael Mann (he hablado sobre otra de sus obras, Collateral y asimismo también es el responsable de películas como "El dilema" o "Corrupción en Miami). Protagonizan; Robert De Niro, Al Pacino, Val Kilmer entre otros. Sobran las palabras.
Cinta que para encontrarla en el videoclub tenemos que ir al apartado que ponga "acción". Pero es mucho más. De hecho, la acción, propiamente y en el sentido más estricto del término, digamos que no abunda, aunque pose una de las escenas más logradas e interesantes del thriller de acción moderno. Pero vayamos por pasos:
Este hombre (Michael Mann) siempre intenta darle un enfoque algo distinto a lo convencional a sus metrajes. Esto es, basa la acción (tiros y explosiones) en el dialogo y la vida de los personajes. De este modo, en esta ocasión, logra explicar una historia en la que los dos protagonistas principales (De Niro y Pacino) proyectan sus intensas vidas en medio de un contexto de violencia y persecuciones. Es algo más profundo que la clásica acción (insisto, tiros y explosiones). Nos narra cómo se cruzan por el camino dos existencias (una desastrosa y la otra gloriosa) y como sus respectivos trabajos se entrometen el uno con el otro, creando una especie de obsesión enfermiza por ser el mejor. Algo así como el bueno y el malo. La prueba para entender de lo que hablo la encontramos en la conversación que mantienen Neil McCauley (Robert De Niro) y Vincent Hanna (Al Pacino) en un restaurante, tomando tranquilamente un café y discutiendo quien de los dos merece morir y porque. Los diálogos en general (y este en particular) no tienen desperdicio. Se agradece mucho el nivel de perfección en las conversaciones. Y más tratándose de una película en la que hay que disparar más y provocar más explosiones (me vais a perdonar la redundancia).
Nos habla así mismo sobre valores como la fidelidad, la honradez y la profesionalidad. Todos estos ingredientes mezclados en la piel de cada uno de los integrantes del reparto y que a medida que avanza la trama, se agudizan más. Asimismo, hace acto de presencia el amor, típico elemento muy utilizado para cualquier película que no tenga salida. Pero se proyecta desde un punto de vista frio, desde la lejanía, como algo que esta pero que no sirve para nada. Aquí lo único que importa es ganar. Pero no a cualquier precio. Y hay que recoger el mayor de los botines posibles, sea del tipo que sea.
Incluso se hace un apunte a cerca de la venganza. Un momento de la historia que cambia el devenir de la misma y que a la postre sirve de trampa mortal para Neil McCauley. De cualquier otro modo, el desenlace hubiera sido una autentica mierda. Pero el director consigue darle sentido a ese "final feliz". Es una de sus principales grandezas. Cometer un error se paga caro. Si no se mete la pata, todo sale a pedir de boca. Tenéis que verla para entenderme. Pero a lo que me vengo a referir es que tanto al bueno como a los malos, se les da las mismas oportunidades, parten con las mismas ventajas. Por eso, la muerte de uno de los integrantes de la banda en el tiroteo en medio de la calle o la huida de otro gracias a la lealtad y amor de su compañera, llenan de estímulos a esta película.
Por lo tanto queda claro que la historia mezcla una serie de elementos emocionales con los objetivos profesionales de unos y los otros para acabar decidiendo el buen hacer, el empeño, la perseverancia y los errores de cada cual. Elementos todos sumados que alejan a la cinta del thriller de acción convencional, puro y duro. (Y, hay tiros y explosiones, increíble pero cierto)
Por último concreto un poco más la escena de acción a la que venia refiriéndome y de la que guardo un grato recuerdo. Es casi como un referente. De entrada, la duración de la misma. Ese prolongado espacio de tiempo parece hacerse eterno y en ningún caso da la sensación que la banda de atracadores de Neil McCauley lo tenga controlado. Le otorgan mucha fuerza e intensidad.
Por otro lado el escenario, esto es, en mitad de la calle. Rodeados por la policía y armados con armas automáticas, a pecho descubierto como se dice vulgarmente. Parece que la improvisación sea una de sus armas más poderosas, incluso por encima de sus ametralladoras. La individualidad, como cada uno escoge su camino, pero, sin olvidar a sus compañeros caídos.
Creo que nada más.


jueves, 17 de noviembre de 2011

"Por eso usted vive aqui y yo solo estoy de paso"

En el mundo del séptimo arte, las cosas no ocurren por casualidad. Es decir, toda historia tiene detrás un guion (lógicamente) que nos va relatando la trama, ciñéndose estrictamente a dicho escrito. Sucesión de acciones y acontecimientos debidamente redactados. Siempre hay sitio para la improvisación, claro está, pero la mayor parte del tiempo las cosas ocurren porque deben ocurrir. De este modo, cuando uno ha visto una buena cantidad de cine, en algún momento, viendo alguna película (la que sea) puede llegar a preguntarse sobre la ausencia de las casualidades. A ver si logro explicarme:
Situémonos. Una película, da igual, la que cada uno piense. Mencionar una sería contraproducente. A medida que se desarrolla la trama, las cosas se suceden, siguen un orden lógico. Lo lógico que dicta el guion. Esto es, desde lo más surrealista e inimaginable del mundo hasta lo más previsible y ridículo. Pero el/los personaje/personajes no se alimentan de las casualidades, en cierto modo de la suerte, que tan cotidiana es para cualquiera de nosotros en nuestras respectivas vidas. Hace un rato hablaba del factor suerte en Match Point. Es algo parecido. Por supuesto que existe la suerte/casualidad en los films, claro que sí. Pero en casi ningún caso son elementos definitorios en el devenir/porvenir de la trama/personajes. Y son momentos puntuales. Todo está debidamente establecido.
Hoy quiero hablar sobre una película titulada "Giro al infierno" el "padre" de la cual es un tal Oliver Stone que tal vez alguno habrá oído hablar de él. Y es un film como cualquier otro, con un guion que determina la historia y con unos personajes que viven de lo que está escrito en el texto. Pero con una diferencia significativa: La casualidad. El azar, un imprevisto. Como queráis llamarlo. Es una maldita eventualidad la que lleva al protagonista Bobby Cooper (Sean Penn) a tener que detenerse en un recóndito lugar de Arizona. Su coche se avería en el peor momento, en el peor lugar. A partir de ese instante, y solo empujado por la casualidad, la trama empieza a tomar forma. El origen no es ningún otro, solo el azar.
Es asombroso presenciar como con unos pocos elementos, el director consigue hilvanar una historia sencilla pero impactante, de corta durada en el tiempo per agónica, sin aparentemente nada que contar pero con mucho sentido. A penas una sola localización central, Superior, el pueblo en mitad de ninguna parte. En palabras del protagonista; "-Parece un pueblo, solo que más feo". Debo hacer un paréntesis. (En breve hablare sobre las expresiones en el cine norteamericano, cosa que me entusiasma y de la que he de reconocer que he aprendido mucho. Expresiones como las que acabo de mencionar y que muchas llevan el sello inconfundible de Hollywood. Pensare en un par de ejemplos en las que la semántica sea extraordinariamente enriquecedora aunque la película en cuestión sea un autentico bodrio) Cierro paréntesis.
A lo que iba es que con poco, Oliver Stone consigue mucho. Estoy de acuerdo con aquellos que dicen que la película es un poco extraña. Este es un término un tanto incompleto y genérico. Como yo lo veo, extraña por los personajes que van apareciendo y por la forma que tienen de ver y vivir. Pero quizá fuera necesario plantearlo así, pues de otra forma hubiera quedado demasiado sencillo e incluso poco creíble. A retener: El personaje de Billy Bob Thorton, en el papel de mecánico con pintas de loco. Impagable. Quiero destacar este título por tres motivos; el primero ya lo he dicho. El segundo se refiere a un detalle cinematográfico que a nivel muy personal me parece genial y que para mi gusto no se da mucho en el mundo del cine. Estoy hablando de aquellas historias que empiecen y acaban igual. Que cuando a finalizado, te queda esa sensación de haber estado todo el tiempo que ha durada la proyección metido en una especie de bucle, perdido en el tiempo y en el espacio. (El tercer motivo, y ya para obligarme a salir de mi propia trampa trata sobre los desenlaces de los que vengo hablándoos tiempo ha). En giro al infierno se dan esas circunstancias, y además a la perfección. Por un lado, las andanzas de Bobby Cooper por el pueblo (o agujero en mitad de ninguna parte), todas y cada una de las situaciones que le van aconteciendo, son fruto de una casualidad, como decía. Pero al final (y al principio), el desenlace es el mismo (valga la redundancia). Nuestro hombre empieza a contarnos su viaje desde el interior de su coche. Nos lo termina de contar, subido en ese mismo coche. Todo lo que ha pasado mientras tanto es la película. Imaginemos coger los 5 primeros minutos de metraje y sumarle los últimos 5. ¿Qué resultado tenemos? Es el mismo, con el mismo objetivo pero en distinta situación. No ha pasado nada y ha pasado de todo. A parte, como Oliver Stone decide poner fin a la historia es perfecto. Parece que a fin de cuentas todo haya sido una mala pasada del destino, solo un juego, algo macabro y cruel, pero que no tiene continuidad. Y no es así. Su historia muere con él, en el mismo punto en que la inicio, todo por culpa de una jodida casualidad. Este es sin lugar a dudas un perfecto desenlace. No es el mejor, pero, la vida no es perfecta.



martes, 15 de noviembre de 2011

"No puedo dormir, tengo problemas mentales"

Sigo en la línea, pero ya para (casi) terminar; en referencia a los buenos o en su defecto malos desenlaces. Ahora le toca el turno a un film del año 2001 llamado "Ni una palabra". Esta vez sí, seré breve:
La película tiene unos primeros 25 u 30 minutos prometedores, llenos de intriga y tensión. Los cabos sueltos se suceden y no llegas a comprender que relación pueden tener entre ellos. Esta fórmula de por sí ya es apetecible y efectista. Pero, poco a poco la trama se desmorona, los personajes se desploman bajo sus interpretaciones y la historia en definitiva pierde fuelle, emoción o como queráis llamarlo. Hasta llegar al final, un final tan ridículo que casi asusta. Parece que el desenlace se hubiera improvisado in situ y se rodara sin guion ni idea. Es como un gran parche que une de algún modo todas las piezas. Como se suele decir habitualmente en el mundo del futbol, el partido (la película) ha ido de más a menos. Ni siquiera el siempre creíble (para mi gusto) Michael Douglas consigue sostener la trama.
La verdad es que la historia no es mala, como pasa con otros muchos films, los cuales ya de inicio no tienen nada que aportar o muy poco (para ejemplificarlo me vienen a la cabeza un par de títulos como son "7 Almas" o "el Bosque"). En este caso insisto, no es reprochable el guion, si la ejecución del mismo. Supongo que en un caso así tiene mucha culpa el director (Gary Fleder), un auténtico desconocido para mí. Aunque de su filmografía destaco "cosas que hacer en Denver cuando estás muerto" y "el jurado" (esta última muy interesante), en esta ocasión, con "Ni una palabra" se ha cubierto de gloria. Es un thriller que podía haber dado más de sí, e insisto y termino, si por lo menos hubiera tenido un desenlace distinto, tal vez hubiera salvado los muebles, pero no es el caso. Para mí, esta película es un claro ejemplo de cómo joder una historia, ya de por si dañada, con un desenlace atroz.
Aun así, se deja ver porque aporta destellos de buen cine.


viernes, 11 de noviembre de 2011

"Aquel que dijo más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida"

Creo que he entrado en un bucle un tanto jodido del que no estoy seguro poder escapar...

Aquel que dijo más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida.
La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte.
Asusta pensar cuantas cosas escapan a nuestro control.

Me dispongo a charlar un rato sobre un film, como lo diría, un tanto especial. No estoy seguro si esa es la palabra correcta. Una película distinta, alejada de lo convencional (aun y contando alguna cosa cotidiana en las relaciones humanas), y sobretodo intensa. Una historia hermética, un tanto profunda y ejemplifica dora sobre como es nuestra raza y como puede llegar a actuar cuando se encuentra sometida bajo mucha presión. Y lo mejor de todo (a mi entender): Es creíble.
El director tiene mucho que decir en esta obra. Por supuesto en la mayoría de películas, pero en las suyas más si cabe. Su estilo único e intransferible no admite plagios. Es de ese reducido y selecto grupo de directores que podríamos incorporar a una imaginaria lista de "top ten". Aunque con un matiz, e importante: Yo creo (y no soy el único) que es un cineasta que no deja indiferente a nadie, o te gusta o no te gusta, no entiende de tonalidades de grises, es blanco o negro. Y yo, para joder un poco, voy a decir que me gusta pero no me entusiasma. ¿Entonces mi reciente "teoría" se va a la mierda? No exactamente. Su cine no me cautiva especialmente, sobretodo por sus relatos, pero eso no significa que sean malas, solo que a mi, a titulo personal, me gusta más otro tipo de genero e incluso otro tipo de estilo. Ósea que si tuviera que mojarme diría que estoy más bien en el bando de a los que nos les gusta o a los que les crea cierta indiferencia este director y que no es otro que Woody Allen. PERO, como siempre en la vida, nos guste o no, hay excepciones. Las excepciones son el arma más peligrosa para las personas con principios como yo. Si me hubiera regido por esta máxima, tal vez nunca hubiera visto la película de la que quiero hablar y que no es otra que Match Point. Doy gracias a Dios por no haberme escudado irremediablemente bajo la coraza de mis ideas pues ver este film es algo grande.
Y aunque quiero hablar de el por su final (dado que, como decía estoy dentro de una espiral relacionada con los desenlaces en las películas) quiero antes permitirme el lujo de comentar brevemente su fascinante y absorbente historia.
De entrada la ves y te preguntas, ¿puede pasar? Por supuesto que no.
Pues la respuesta correcta es; claro que si. ¿Porque no?
¿Como de débiles somos cuando se trata de tomar decisiones? ¿Como de frágiles? ¿Como de irracionales e impulsivos? ¿Como y cuanto? Mucho.
Yo creo que nos cuenta una historia sobre un dilema, sobre el dilema de un hombre que debe escoger entre tener una vida acomodada y fácil o no tenerla. Pasarme toda la maldita vida fingiendo o por el contrario pasármela huyendo. Y todo ello empujado por la irrefrenable pasión para hacia una mujer. Crónica de un deseo y sus consecuencias. Seria el titulo técnico. A medida que se desarrolla la trama, el espectador puede perfectamente sentirse atrapado y poderosamente afligido hacia el personaje de Jonathan Rhys Meyers (Chris Wilton). Si bien él se lo ha buscado, las consecuencias derivadas de sus actos no solo le corresponden a el. Esto es; el principal culpable de la situación por la que atraviesa (atrapado entre dos mujeres) es el mismo, pero la señorita Nola Rice (Scarlett Johansson) también tiene algo que decir en este affaire. Pero no es así. La película relata como de débil puede ser un hombre empujado por la pasión y el deseo. Y como de torpe. Porque en ningún caso nadie le ha puesto piedras en el camino, se las ha ido poniendo el solo. Hasta que se halla en un punto de no retorno. Y entonces hay que actuar, bajo presión, rápido y sin calcular demasiado sus acciones. Y he aquí, en este punto, cuando la película da un giro hacia un desenlace increíble y excepcional. Es exquisito ver la forma que Woody Allen tiene de resolver la historia. Sinceramente, ¿a quien se le hubiera ocurrido mientras veía la película que aconteciera un final así? Puede que ha alguien, pero por lo general... No se. Yo no lo hubiera predicho. Y luego lo piensas y te das cuenta que es una reacción estúpida e irracional pero, que tal vez sea la única forma de volver las aguas a su cauce.
Lo que más me sorprendió y por ello lo que más destaco es el final del final. Chris Wilton se ha tomado la justicia por su mano pero todo indica que, al no tratarse precisamente de un asesino a sueldo especializado en crímenes pasionales, lo acabaran deteniendo. Quizá en cualquier otra película de Hollywood, (recuerdo, debido a su casi enfermiza necesidad por los finales felices), el protagonista hubiera rendido cuentas ante la policía. Pero no en este film. No con este director. Allen le da otro enfoque. Quiere que su chico se quede con la culpa. Que lleve la vida placentera que siempre ha querido pero que nunca vuelva a ser el mismo. La culpabilidad siempre le acompañara. Puede que hubiera sido más fácil para todos si lo hubieran identificado como el autor material de los crímenes, pero como dice la cabecera de la entrada (cita extraída literalmente de la película) la vida es quistión de suerte. Y el espectador se queda con la siguiente reflexión: ¿Que es la suerte y en que sentido nos beneficia o nos perjudica? Y sobretodo, ¿para que sirve? Momento memorable; cuando el anillo rebota en la barandilla del puente. Que caiga dentro es mala suerte, que salga a la mar, buena. ¿Verdad? Quien haya visto la película me entenderá y quien no, ya sabe...
Por todo ello, por la historia, por la intensidad, el ritmo, los personajes (incluso por la maldita banda sonora) pero sobretodo por su sublime final, creo que estamos delante de una obra maestra. Para mí sin duda, la segunda de la que hablo en este blog.
Como mínimo ante el mejor final que he visto jamás, de momento claro esta.
Suerte a todos.


lunes, 7 de noviembre de 2011

"Sí ves a Declan antes de morir, dile que no sabe proteger a sus mujeres"

Vamos a dar la vuelta a la tortilla. Hablaba sobre un final sublime. Ahora lo hare sobre un desenlace lamentable. Es un claro ejemplo de a lo que vengo refiriéndome cuando digo que en Hollywood se premia el final-pastel o final feliz. Por lo menos, y perdonad la redundancia, final correcto. En esta ocasión quiero hablaros sobre Chacal. El remake del año 1997, con Bruce Wills y Richard Gere, entre otros.
Vaya por delante que este tipo de cine me entusiasme; el genero thriller policiaco, por así llamarlo. En esencia no deja de ser el clásico "poli bueno vs poli malo". Solo cambia el escenario y la trama. Solo es mucho decir, pero a la postre es eso. Cuando uno ha visto mucho cine y se sienta en su butaca a ver Chacal, por su adentros piensa: "- Ya la he visto". Esto es; uno tiene la sensación que lo que pretenden contarnos es previsible, nos acercamos a lo que pasara antes de que pase. Más o menos, claro esta. Creo recordar que en algún momento de este blog he mencionado el hecho que a titulo personal me encanta y que es de las películas que consiguen sorprenderme. Actualmente el ejemplo es hacia para los desenlaces, pero cabe añadir que, evidentemente, una historia puede sorprenderte en cualquier punto de la trama. En este sentido me guardo para comentar próximamente el titulo L.A Confidential, para dar buena prueba de ello.
Pero a lo que íbamos. The Jackal (título original) nos narra la historia de un asesino a sueldo sin identidad. Un tipo casi legendario al que nadie ha visto pero que es extremadamente peligroso. La fantasía a veces alcanza cotas inimaginables. Pero esa es una de las grandezas y excepcionales virtudes de Hollywood, la capacidad para gestionar nuestra imaginación. Por eso digo que me gusta este tipo de cine. En la película, a medida que avancemos en la historia, nos vamos cautivando por la elevada capacidad para el escapismo y la sorprendente habilidad para el anonimato del personaje protagonista (Bruce Willis) que incluso para más inri, no tiene siquiera nombre. El clásico (y ya obsoleto) argumento. No aparece en los archivos del FBI. Nadie le conoce, ese hombre no tiene identidad. ¿Quien es? Y sobretodo, pero si solo es un hombre, ¿que puede hacer? ¿Os suena? A mi si.
Pero da igual. No importa. Vamos a disfrutar de la trama. Adentrémonos en su mundo. Observemos como de meticuloso y prudente es el legendario hombre al que nadie ha visto. Veamos hasta donde puede llegar y comprobemos si es cierto que nadie puede pararlo. Primer gran error de la película (para mi el principio del fin). Puesta en escena, nos presentan a Chacal. Nadie puede vencerle y si se lo propone (por supuesto así será) nadie puede detenerle, ni a el ni a sus actos. Pero aparece en escena el guapito de cara de Richard Gere (permitidme hacer un paréntesis para verter mi opinión sobre este actor, al cual casi detesto precisamente por su estela de chico guapo, atractivo y seductor al que nadie puede hacerle sombra y que cuando aparece en una película es como si el resto no valiese para nada. Todos los focos deben apuntarlo a el y naturalmente el es el bueno buenísimo y debe vencer, sea cual sea su cometido. Un hombre que apareció una vez en una película llamada Pretty Woman (que tal vez os suene) y que desde entonces se encasillo en el apartado de súper-hombre de Hollywood. Sus apariciones no aportan nada y carecen de credibilidad a excepción echa de films basados en historias sensiblonas de amor con un final mas previsible que la vida. En Chacal, su personaje rompe con toda la trama. Cuando aparece, como el perfecto hombre asustado, puteado injustamente y al que hay que liberar de toda culpa, uno se pone las manos en la cabeza. Los más sentidos, incluso sienten nauseas) Cierro paréntesis.
La película empieza a ser previsible cuando el salta a escena. En serio, quien haya visto la película ¿alguien cree que Declan (nombre de su personaje) va a perder? Ni de coña. Mientras tanto, Chacal (Bruce Willis) se esfuerza por llevar a cabo su misión, los otros pueden estar mas que tranquilos con el "fichaje" que acaban de hacer.
Ya avanzo que estoy hablando de la primera película que no vale una mierda. Pero no lo vale por lo que he mencionado del Richard Gere y por las estúpidas y desafortunadas decisiones en cuanto al guion. Yo me quedo casi exclusivamente con los momentos en que aparece Chacal y observo como es la vida de un hombre sin identidad, un hombre que no existe. Se me ocurren algunos ejemplos similares, como son Misión imposible (en cualquiera de sus pobres volúmenes), Caza al terrorista, El profesional León, o Heat. Un día hablare sobre Heat. Cualquiera de estos ejemplos se aproxima a lo que vengo a referirme (a excepción echa de Heat, que aunque también tiene un final asqueroso, vale mucho más la pena): Historias previsibles y planas que podían haber sido grandes historias pero que se quedan por el camino.
Pero es que Chacal tiene un par de agravantes muy preocupantes. Mientras el malo (Bruce Willis) tiene la situación controlada, el bueno (Richard Gere) esta completamente perdido. Se van dando detalles sobre como a sido su vida anterior (pobrecillo) y se observa como parece ser que no tiene ni una maldita posibilidad de pararle los pies. Esto consigue un efecto de empatía y compasión hacia el bueno por parte del espectador. Es un engaño.
Es una forma de allanar el camino para el patético y previsible desenlace. Yo cuando la vi me resistí a pensar que acabaría así, e incluso si la vuelvo a ver la paro aproximadamente a media hora del final.
Fijémonos ahora en el detalle más de bulto que a mi entender acontece: Es la frase que da titulo a la entrada. Chacal, ya lo he dicho, es un hombre que no comete errores, así nos lo han vendido desde el minuto 1. Pues bien, disparando a la coronel del ejercito Ruso (que tubo un medio affaire con Declan, evidentemente), deriva en una pista clave para que finalmente puedan deducir cual es el verdadero objetivo de Chacal. Si no, nadie imaginaria a quien quería cargarse Chacal. Venga hombre!
Toda la trama se sujeta por un hilo muy fino, pero a partir del momento en el que se descubre el pastel, la situación ya se torna insostenible e inaguantable.
En resumen gana el bueno, y lo hace de una forma épica, como no podía ser de otro modo. Incluso le dejan escapar tras hacerse amigo de "sus" policías. Conclusión: muchas veces se premia el final feliz y una de las premisas básicas en Hollywood es la de la victoria de la bondad. Graso error.
Aun así, y ya para terminar, este film fue en cierto modo un referente para mi en un sentido negativo. Aunque dentro de mi infinito pesimismo, le conseguí dar una vuelta de tuerca y decidí que se convirtiera en un referente pero para algo positivo. A saber: se hubiera podido convertir en una muy buena película (nunca una obra maestra) si como mínimo no hubiera ese desenlace. Ya no digo nada de quitar a Richard Gere que aunque lo deteste no es mal actor. Solo me irrita su personalidad, la imagen que proyecta.
Siempre he pensado en finales alternativos para esta cinta y los voy a decir por dos motivos; 1) porque si no reviento y 2) porque el blog es mío xD.
1) Nadie descubre nada, Cachal se sale con la suya, asesina a la primera dama, escapa y aquí paz y después gloria. Tal vez sea un tanto radical pero en cualquier caso seria valido.
2) Descubren sus intenciones pero aun así consigue matar a la primera dama. Luego se lo cargan.
3) No consigue asesinarla pero consigue escapar. Bien contado, quizá fuese la mejor elección de todas.
En definitiva, no jodamos una buena historia con un mal final. O lo que es peor, no jodamos una mala historia con un mal final. Aunque al fin y al cabo, viene a ser lo mismo. El desenlace es imprescindible, tanto en el cine como en la vida.
Por suerte, no siempre es así. Veréis un ejemplo ya.


domingo, 6 de noviembre de 2011

"Largo y escabroso es el camino que del infierno conduce a la luz"

A veces ves una película y te preguntas ¿puede ser? es decir, ¿lo que están contando es creíble? ¿Es posible? Pues a veces si, a veces no. Tiene mucho que ver con el imaginario colectivo, o con el individual. Incluso tiene que ver con la percepción que tengamos cada uno de la realidad.
Cuando ves una película como Seven, y ves su final piensas ¿Es posible? ¿Y que mas da? No importa. Es una historia demasiado buena como para que importe. Y sobretodo, hay un desenlace tan impactante, tan atípico en el universo Hollywood que lo de menos es su credibilidad. Incluso si al inicio de la cinta, en el cuadro de créditos pusieran "basada en hechos reales", aun así, no importaría, al menos a mi.
No tengo mucho que decir en esta ocasión. "Solo" la pongo como ejemplo por el final, aunque toda la trama merece un aplauso, casi una ovación. Admiro los profesionales capaces de sacarse de la nada un guion como el que cuenta esta película. En líneas generales es muy buena. Con el desenlace es magnifica. El director (David Fincher, del cual si me acuerdo dedicare también una entrada) ha decidido desviarse del final feliz y acorde con los cánones del cine moderno para presentar una alternativa demoledora e impactante que te deja con la boca abierta. Incluso, dentro del final anti popular (por decirlo de alguna manera) que se describe, ha escogido el peor. Dentro del malo el peor. No solo el detective David Mills (Brad Pitt) pierde a su esposa, si no que además pierde su vida disparando a John Doe (Kevin Spacey). Es un desenlace perverso y crudo. El mejor.
La atmosfera de desasosiego que se crea y que dura toda la trama deja entrever que nada bueno puede acabar sucediendo. Fincher encontró la tecla, la pulsó, y e aquí el resultado.
Yo creo que la película nos intenta asimismo dar una pequeña lección de la vida. No todo son pequeñas degustaciones de buenos momentos. Ya lo sabemos, pero no lo olvidemos. Y lo dejo aquí, me quedo con ello. Si alguna vez nuestras vidas nos parecen felices, o al menos correctas, tranquilos, que no cunda el pánico. En cualquier momento se puede ir todo a la mierda.

- Ernest Hemingway escribió una vez: El mundo es un buen lugar por el que merece la pena luchar.

No estoy de acuerdo con ninguna de las dos partes.

lunes, 31 de octubre de 2011

"Bueno, puede estar tranquilo señor Ullman, porque eso no me va a pasar a mi".

Si hay algo que le reprocho a Hollywood en sus trabajos es la falta de cuidado por los detalles en algunas (muchas) de sus películas. Claro esta que culpar directamente a la industria no es del todo justo, pues cada cineasta tiene individualmente su dosis de responsabilidad. Pero sea como sea, he visto en mi vida infinidad de películas que cojean por algún lado en cuanto a detallismo se refiere. Un peldaño más arriba están los gazapos. Distingo uno (el detalle) de otro (el gazapo) pues por definición no es lo mismo, aunque técnicamente si. El nivel de detalle es directamente proporcional al perfeccionismo del autor y se refleja en los planos, la puesta en escena (attrezzo), el guion, etcétera. Un gazapo es algo más exagerado. Un día dedicare una entrada ha hablar sobre ellos.
Pero a lo que íbamos. Permitidme un símil con la vida misma: La vida son esas pequeñas cosas, esos pequeños momentos. En el cine, a veces son esos pequeños detalles los que convierten una historia buena en muy buena, o por el contrario, mala en muy mala. Aunque la comparación es algo cursi no por ello deja de ser veraz. No voy empezar a poner ejemplos sobre lo que digo. Quien lo lea pensara los recuerdos que tenga de cada película que haya visto.
El prologo no era más que para "presentar" (aunque no necesita presentación) a uno de los más grandes cineastas (y no lo digo yo) del siglo XX. No es otro que Stanley Kubrick. Su forma de hacer cine, así como su visión y la ejecución técnica de sus trabajos, crearon un referente dentro de la industria. Por varios motivos, pero al que yo quiero hacer referencia es al de los detalles. Y para demostrarlo, de su filmografía (algo limitada, todo hay que decirlo) he escogido uno de sus clásicos, El resplandor. Película basada en el libro homónimo de Stephen King. Ahora me veo en la obligación de hacer un paréntesis para dedicar unos instantes a este escritor Norte-americano del que me declaro un fiel seguidor.
La verdad es que el merito de Kubrick en esta película es relativo, pues partía de esa novela y entonces siempre es más fácil trasladarlo a la gran pantalla. Su merito es innegable y su producto final, con su toque y su estilo lo elevan ha los mas altos niveles de calidad. Pero era un guion ya hecho. Quería mencionar a King por la abrumadora capacidad que tiene para contar historias. A todos aquellos a los que les guste el género de terror, por favor que no dejen de leer alguno de sus libros. Su capacidad narrativa te absorbe durante la lectura. En ocasiones parece que estemos reviviendo nuestras pesadillas mas profundas, más oscuras y más terroríficas. Te adentras en un universo paralelo, del que esperas salir y ha ser posible con un final feliz, echo que no se suele dar. Buena prueba de ello es el titulo al que vengo refiriéndome, El Resplandor. Cierro paréntesis
El resplandor, historia que nos cuenta las andanzas de una familia de clase media americana a la que se le encarga la tarea de mantener en buen estado un hotel en medio de ninguna parte y donde el crudo invierno hace las delicias de los protagonistas.
Tan agradable e idílico es el entorno, que Jack Torrance (Jack Nicholson) decide casi por inercia volverse loco de atar. Pero no es un loco cualquiera. He llegado a oír que fue el loco mejor interpretado de la historia del cine. Estoy de acuerdo.
Aprovecho este hilo para ahora si, hablar sobre lo que me interesa de esta película, recuerdo, el nivel de detallismo. Para empezar me fijo en una de las escenas mas famosas y recordadas del cine moderno: El momento en que Jack Torrance revienta (no hay otra palabra que lo describa mejor) la puerta del baño. Aquella puerta que le separa de su esposa Wendy (Shelley Duvall). Aquel pequeño trozo de madera que la mantiene a salvo de los hachazos que su marido cree conveniente propinarle. Fijémonos en la ejecución de la toma: Imagino que para rodarla, harían primero un pedido algo extenso de puertas al carpintero. Tras intentarlo en unas cuantas ocasiones (no lo se), al fin consiguieron la imagen perfecta. El propio Jack Nicholson es el que se carga la puerta, todo en una misma secuencia, a riesgo de como quede. Claro esta, atacar una maldita puerta de madera con un hacha tiene un desenlace imprevisible. Pues hasta que no se consiguió el orificio perfecto, (aquel por el que se cuela solo el diámetro de la cabeza del protagonista), no pararon. Es perfecto. Estamos de acuerdo en que se podían conseguir infinidad de resultados. Pero se busco el detalle. Tal vez si alguien lee esto pensara que estoy diciendo una gilipollez sin sentido, pero para mi tiene mucho sentido.
Por otro lado, fijémonos en el hotel. En todo momento, aunque aparentemente no lo parezca, todo esta en su sitio, ordenado, correctamente colocado. La distribución y montaje del escenario, claro esta, correr a cargo del director. Su visión analítica así como su percepción cinematográfica sobre como relatar una historia acarician un estado de perfección que a la postre, el espectador, sin saberlo ni obsérvalo, traduce en fascinación hacia la historia que nos están contando.
Cine de miedo. Infinidad de películas. Un género que nunca ha conseguido despegar. Siempre esta en entredicho. Transmitir el miedo es muy complejo. Aunque aparentemente no lo parezca, pues todos nos regimos por unos patrones estándar que identificamos como universales sobre la percepción del terror. Pero es un sentimiento muy subjetivo que cada uno canaliza de una forma distinta. Dicho de una forma sencilla, las mismas cosas nos asustan, pero no las procesamos de igual modo.
A parte, siempre o casi siempre, se ha relacionado el miedo con la sangre, las vísceras y los "sustos". La combinación de cualquiera de estos ingredientes es lo que esperamos ver cuando vemos en la cartelera una cinta de terror. Kubrick cuenta el miedo distinto, lo cuenta al detalle. Se aleja de la sangre, las vísceras y los "sustos". Solo si son estrictamente necesarios. Y lo son porque el personaje (su personaje) con su perfil único e intransferible, en uno u otro momento de la historia, así lo sentirá. Lo que digo es que en El Resplandor, el miedo no es obligatorio. Es imprevisible, y se improvisa. Lo que el espectador presencia es como un hombre se vuelve loco, nada más. Por supuesto es cierto que a parte hay toda una trama que rodea al hotel, hechos que ocurrieron, que sujetan la historia. Pero en ningún caso se fuerza la situación. No estoy seguro si logro explicarme, espero que si.
Eso para mi, es cuidar los detalles.
Una ultima apreciación en este sentido: la forma de rodar, la técnica. Kubrick, no solo en esta cinta, utiliza mucho el recurso del plano largo, combinado con el plano-secuencia. A los planos largos fijos les suele imprimir un zoom lento que se acerca a la acción. En los planos-secuencia suele dedicar un tiempo relativo, nunca suelen sobrepasar el tiempo necesario, aquel que los convertiría en planos pesados y sin más información. Uno de los ejemplos más claros en esta ocasión es el mítico del pasillo con el niño encima de su juguete, pedaleando y avanzando. Esta escena se repite en un par de ocasiones. Realmente son planos sin mucha complejidad, pero apabullantemente efectistas. El efecto de terror que le imprime este tipo de planos queda claro viendo la película. Si no, recordad la escena a la que vengo refiriéndome, la del pasillo, la segunda (cuando aparecen las gemelas muertas) y me diréis. Cualquier otra forma de rodarlo no hubiera sido lo mismo. Un ultimo ejemplo igual de valido es cuando el crio esta escondido en un armario y su padre lo esta buscando. Plantar la cámara y esperar los acontecimientos. Es perfecto. Por parte de kubrick es un detalle hacernos ver el cine de ese modo, de su modo.

No quiero cerrar esta historia sin hacer mención a un tema que tenia en mente desde que empecé a escribir. Como decía al inicio (dudo que alguien se acuerde ya), si hay algo que le reprocho a Hollywood es su falta de cuidado por los detalles. Pues hay otra cosa que le reprocho y aun con más insistencia si cabe. La casi enfermiza obsesión por los finales felices. Odio con todas mis fuerzas ver una película, que por giros del guion, se ve obligada a acabar bien, de forma feliz. No es así, no debe ser así. Y se me ocurren tres o cuatro ejemplos....



jueves, 27 de octubre de 2011

"¿Te quitaste las botas y pusiste los pies encima de la mesa?"

Creo que he perdido por completo las riendas de este blog. Ya dije al inicio que no pretendía seguir ningún tipo de criterio para publicar cada entrada; lo que ocurre que se acumulan películas en la cabeza y ya no se seguro donde estoy. Por lo tanto voy a hacer una especie de "reset" para "empezar" hablando sobre una de Martin Scorsese.

-¿Te quitaste las botas y pusiste los pies encima de la mesa? Sucio y asqueroso trozo de estiércol, comedor de mierda de vaca hijo de puta. Tú vuelve a putearme allí y te entierro en el desierto. ¿Me has oído?

Podría rescatar muchísimos fragmentos de este film. Muchos diálogos, muchas tomas, muchos momentos en definitiva. Y cualquiera de ellos seria interesante, pues en mi modesta opinión, estamos delante de una obra maestra, la primera de las que quiero hablar. Personalmente, puede que sea, en conjunto, la mejor película que haya visto jamás. Para quien aun no lo sepa, estoy hablando de Casino. Realmente hay demasiadas cosas que comentar de esta cinta y podría rellenar páginas enteras. Intentare resumir los puntos principales que para mi la convierten en una obra maestra del séptimo arte.

1) De entrada la historia. Entiendo que uno de los principales focos de atención cuando vemos una película es lo que nos quieren contar, la historia. En términos técnicos el guión. Después de haber visto Casino en repetidas ocasiones, tengo la convicción de que el guión es uno de sus puntos fuertes. La complejidad de la trama es apabullante. No lo parece a priori, pero si nos fijamos detenidamente en todos y cada uno de los momentos, observaremos como de difícil es "atar" toda la historia. Los personajes, las situaciones... A parte, (cosa que siempre se agradece) consigue sorprender. Ejemplos: Como Piscano, sin querer, les desmantela el tinglado.
Como Nicky mantiene una relación sentimental con Ginger.
La aparición de Ana Scott
Y un largo etcétera.
Pero sobretodo y ante todo, la historia que nos cuenta sobre una mafia muy bien articulada que consigue mandarlo todo a la mierda.
Por ultimo el contexto: El sitio, Las Vegas. El momento, década de los 70 y principio de los 80.

2) Los personajes: Para mi TODOS sin excepción. Cualquiera de ellos, por muy secundario que sea, tiene cabida. El reparto principal, Robert de Niro, Joe Pesci y Sharon Stone. Solo con su interpretación/presencia, dan credibilidad suficiente a la trama. Por encima de todos, en este caso, destaco el papel de Joe Pesci (Nicky Santoro), el perfecto gánster sin escrúpulos, sin miedo y sin remordimiento. Me parece estelar su aportación.
Ejemplo: Cuando se reúne con un director de banco que le debe dinero. Sin inmutarse lo más mínimo, ni el pulso ni el tono de su voz le suelta: - ¿Sabes? creo que tienes una imagen equivocada de mí. Y lo menos que puedo hacer, es explicarte como funciono. Por ejemplo, mañana me levantare pronto y me daré un paseíto hasta tu banco. Luego entrare a verte y... Si no tienes preparado mi dinero, delante de tus empleados, te abriré tu puta cabeza.
Y cuando cumpla mi condena y salga de la cárcel, con suerte, tú estarás saliendo del coma. ¿Y que haré yo? Te volveré a romper la puta cabeza. Porque yo soy idiota, y a mi lo de la cárcel me la suda. A eso me dedico, así funciono yo.

Recordemos también una de las escenas iníciales, cuando los personajes están siendo presentados, por así decirlo. Nicky se abalanza sobre un desconocido que había increpado a su amigo y protegido Sam Rothstein. Con la ayuda de un bolígrafo, Nicky consigue perforarle el cuello sin escrúpulos.
Hay muchos mas ejemplos, pero la verdad, no quisiera toparme por la calle con un tipo de Nicky Santoro.

En esta misma línea, el otro personaje que se lleva la palma en cuanto a interpretación se refiere, no es otro que Robert de Niro (recordemos, en el papel de líder del casino Sam "Ace" Rothstein). Dicho sea de paso, no es de extrañar, pues lo raro seria que el gran Robert de Niro no hiciera un excelente papel. Incluso si tengo tiempo y me acuerdo, quisiera dedicar una de mis entradas a hablar casi en exclusiva sobre este actor. Tal vez cuando le toque el turno a El Padrino. Quien sabe.
Sea como fuere, en esta ocasión, el bueno de "Ace" es uno de los pilares del film. Es que lo borda. No se me ocurre mejor descripción. Es una mezcla entre un corredor de apuestas perfeccionista y sin moral, un buen hombre que solo "quiere dirigir un negocio legal" y un gánster de los de toda la vida. Que cada uno se quede con la descripción que le plazca y que añada o suprima los rasgos que le parezcan más adecuados. En cualquier caso, lo que queda claro es que consigue proyectar en todo momento una imagen de liderato, de éxito. No hace nada por casualidad, todo esta debidamente meditado. Todo, excepto su affaire con Ginger, otro de los grandes pilares de la historia. En mi opinión, no es determinante, aunque si relevante. Otro pensara que es definitorio en el devenir de la historia. Hablo de su relación. Antes he usado la palabra affaire. Por supuesto no es correcta pues es mucho más. Se casan y tienen una hija. Y lo que es peor, se comprometen hasta límites insospechados. Y aquí quería llegar yo. Vaya por delante que las intervenciones de Sharon Stone, nunca han sido fruto de mi devoción. Dicho de otra manera, nunca me ha parecido una actriz espectacular. No voy a hablar sobre su interpretación, solo mencionar que en Casino no esta nada mal. Pero lo que quiero es centrarme en su historia de amor y como esta (a gusto de cada cual) estropea todo el tinglado mafioso en torno al casino. Yo ya he dicho que no tengo claro que influya directamente, pero de un modo u otro, "Ace" (y el mismo lo menciona en la primera toma de la película) hace referencia a ello. Lo que quiero decir, que no quiero alargarme más con esto, es que la película consigue unir una historia de amor de dos de los personajes protagonistas con la trama del casino. Quien lo lea y la haya visto me entenderá, quien no, le invito encarecidamente a que la vea.

Para finiquitar el tema de los personajes, un par más de ejemplos y lo dejo.
Por ejemplo los jefes. Los que controlan el casino en la sombra. Aquellos a los que hay que mandarles cada mes su puto maletín. Todos me parecen geniales y por su posición en la pirámide jerárquica, quizá destaco a Remo Gaggi, el líder de la familia. Todos parecen auténticos gánsteres y ninguno de ellos necesita tener una apariencia de gánster. No se exactamente como explicarlo, pero viéndolos, si no nos lo dijeran, creeríamos que estamos delante de unos hombres normales y corrientes. Pero cuando sabemos quienes son estamos de acuerdo; parecen mafiosos auténticos. Es una de las grandezas de la selección de personajes, esa dualidad, casi ninguno parece ser lo que es. Por eso le doy tanta importancia a este tema.
Y por ultimo uno que a titulo personal me entusiasma aunque aparezca con cuentagotas y que responde al nombre de Pat Webb, el sheriff local, un "autentico vaquero". De los pocos que para mí si responde a lo que realmente parece. Por otro lado uno de los que participa activamente en el devenir de la historia. Su pequeña participación desencadena en el juicio contra "Ace". Nuevamente me ciño al guion para acabar reflexionando como un personaje tan secundario, en un pequeño momento de la trama, consigue desnivelar la balanza sin que el espectador (quizá) ni se de cuenta. Otra vez digo, que quien la haya visto me entenderá, y quien no, ya sabe.

3) Las formas narrativas: No en el sentido más estricto del término, si no más bien desde un punto de vista pragmático. Como se cuenta la historia, la relación que surte de la comunicación entre el emisor (personaje/s) y el receptor (espectador). Por supuesto hay muchas formas de relatar unos hechos, y la selección de cada sistema es importante claro esta. Para empezar, en Casino nos cuentan, (en muchas fases de la película), las cosas en primera y en tercera persona, alternativamente, pero cuando lo hacen, quien lo cuenta es un narrador, en este caso dos, los principales implicados en la trama, los protagonistas. Fijémonos en este detalle; lo cuentan los damnificados, los dos únicos que realmente pierden algo; uno Sam (acaba con su sueño) y el segundo Nicky (que directamente pierde la vida). Pero no lo cuenta nadie más. Por ejemplo Ginger. ¿Porque? Pues porque los demás están de paso, por así decirlo. Si, es cierto que en caso de Ginger también acompaña a Nicky en su final, pero se supone (o al menos así lo entiendo yo) que de todos modos ese hubiera sido su destino. Los únicos que ven alterado su futuro son ellos dos.
Me parece insuperable y muy acertada la selección de este sistema para contarnos una historia (su historia). Ello consigue cautivar aun más al espectador.
Y ya para terminar definitivamente, en la línea de como contar una historia, alguna pequeña (modesta) aportación técnica sobre como esta rodada. Aun y a riesgo de quedar en evidencia, pues no soy ni mucho menos un experto, voy a lanzarme a la piscina. No descubro nada nuevo cuando digo que una de las técnicas preferidas del director Martin Scorsese es la del denominado "plano secuencia", muy utilizado en este film. Para mi este movimiento de cámara es muy apropiado en esta ocasión, pues le otorga a la trama esa dosis de continuidad que necesita para adentrar al espectador en la película. A la larga da la sensación que hemos entrado en el casino y no podemos salir. Siempre pasa algo a nuestro alrededor, siempre hay alguien a quien prestar atención.
El otro "vicio" de Scorsese (también se aprecia por ejemplo en Uno de los nuestros") es el de los planos cortos, (muy próximos) y en constante movimiento. Nada de plano fijos (o muy pocos) Lo más fijo que utiliza es el zoom, lento, al más puro estilo Kubrik. Así no perdemos detalle.
Y con esto quiero quedarme; los detalles, cuidarlos. El perfeccionismo dicho de otro modo. Y os aseguro que existe en esta cinta. Vedla, siempre hay algún detalle que no habías apreciado.






sábado, 22 de octubre de 2011

"Voy a matarlos"

- ¿Que hará usted?
- Lo que mejor hago. Voy a matarlos. A cualquiera que estuviera implicado, a cualquiera que haya sacado provecho de ello o me mire mal.
- Mátelos a todos.

Mientras escribía sobre Sin Perdón, me ha venido a la cabeza esta cinta de Tony Scott del año 2004 llamada "El fuego de la venganza". El titulo ya deja entrever por donde van a ir los tiros (nunca mejor dicho). Para mi esta película fue una grata sorpresa en su día. Yo la califico en un subgénero personal que me encanta y que sería algo así como Accion-Reaccion. De todos los sentimientos que pueden transmitirse mediante el cine, uno de los que más me gustan y agradezco es el de la ira, el de la venganza. Y esta película tiene todos o casi todos los ingredientes. Denzel Washington interpreta a la perfección el papel de guardaespaldas peligroso venido a menos, en plena caída libre. Es de esas películas en que el perfil del personaje tiene mucha importancia. Y el bueno de Denzel lo clava. Pero a lo que íbamos; la historia no es compleja, es más, no tiene demasiado secreto. Incluso el final es algo previsible. No es eso lo importante. Adentrarse en el mundo del protagonista (Creasey), un mundo que se desmorona, sin un solo lugar donde agarrarse más que en la bebida. Comprender la situación por la que atraviesa. Como una niña pequeña puede despertarle tanto amor, compasión y felicidad. Aun y ser una menú simplón, e incluso algo cursi, es imprescindible para comprender como la ira que desencadenara de su interior puede ser tan poderosa. Llega un momento en la cinta que (tal vez solo me ocurra a mi) incluso olvidas que está buscando. Solo te interesa saber el cómo lo está buscando. Sus actos (escena del coche primera y segunda), la seguridad en los mismos, la contundencia... En definitiva, la venganza está servida. Como apunte final quiero hacer una mención a una de las últimas escenas, cuando encuentra a el hermano de "La Voz" y llama por teléfono. Lo dejo aquí para quien no la haya visto y quiera hacerlo. Pero, para mí, dentro de su brutalidad, es uno de los momentos que mejor representa el odio que Creasey siente y que por supuesto tiene que expulsar. Porque no hay sentimiento más fuerte que el odio, ni siquiera el amor. Y en este caso quiero quedarme con esta reflexión o con esta palabra: Odio. Algo que todos podemos experimentar y que en su máxima expresión, siempre superara cualquier otro sentimiento que hayamos podido sentir. Cuando pase, tal vez será mejor no tener un arma cerca.



domingo, 16 de octubre de 2011

"¿Quien es el dueño de esta pocilga?"

Tenía este titulo en mente desde que inaugure el blog. De hecho quería ponerle esta frase como nombre. Estaba entre este y el actual. Dude hasta el final. Por eso, no quiero dilatar más en el tiempo la mención a esta gran película.
Nunca he sido muy amante de los Westerns, es más a penas habré visto seis o siete en toda mi vida. Aunque todo hay que decirlo, es un género que esta en peligro de extinción. Creo que lleva unos años al filo del abismo. Por eso cuando empecé a aficionarme al cine, los Westerns ya no estaban tan de moda como podían estarlo 20 o 25 años atrás. Aunque uno de sus máximos exponentes (el gran Clint Eastwood) aun estaba (y esta naturalmente) en activo cuando decidió dirigir y protagonizar Unforgiven (Sin perdón) en el año 1992. Tal vez porque ya estaba un poco harto de protagonizar Westerns durante su dilatada carrera cinematográfica, tal vez porque había madurado personal i/o profesionalmente, sea por lo que fuere, decidió coger las riendas de este proyecto y darle un giro (si es que era posible modificar la esencia de los Westerns) a una historia del viejo Oeste: Unas historias que por lo general no cuentan más que las vivencias de cowboys, forajidos, pistoleros, putas y demás individuos de dudosa reputación.
Gracias a su innegable talento, sumado quizá a su larga experiencia, saco al mercado este film atípico, que se aleja de lo que convencionalmente conocemos como una película del Oeste de los años 50 (época dorada de este genero) y en el que la degradación del personaje protagonista (William Munny) es el principal foco de atención.
En cualquier otro contexto, Willam Munny no seria más que un ex-alcohólico, rehabilitado con éxito, pero que se enfrenta cada día a su pasado, luchando por no recaer, por seguir adelante de la forma más digna posible. Un hombre solo, con miedo a su entorno, un mundo que no entiende pero que no le queda más remedio que aceptar. En cualquier otro contexto, William Munny seria uno más.
Pero, si trasladas esta situación al Far West, el resultado es otro muy distinto. El guión (la historia) ata todos los cabos. Es decir, permite unir un hecho aislado con el protagonista. El destino persigue a William Munny. Una acción de la que el no quisiera ser participe, acaba convirtiéndolo en lo que siempre había sido; el asesino de mujeres y niños de Missouri. Me parece genial la forma como el guión consigue entrelazar estos hechos.
Para mi, en mi modesta opinión, lo que mas reluce de la historia, es ver lo que comentaba, como un hombre relegado a una vida que no es la suya, consigue resurgir de sus cenizas para, al menos por un momento, volver a coger una botella de Whisky, beber unos tragos, entrar a golpe de escopeta a un saloon, y empezar a disparar indiscriminadamente contra una banda de vaqueros a los cuales no conoce pero que debe matar. En muchas fases de la película, se observan detalles de como William Munny intenta hacer esfuerzos por seguir siendo el hombre que nunca quiso ser. Es en definitiva la historia de un hombre culpable, en un contexto que no le es propicio para lavar su moral. Pero, como dicen en Cadena Perpetua (cinta de la que más adelante hablare) "todo hombre tiene un limite", y William Munny encontró el suyo. Dejo la culpabilidad en la puerta, entro, pregunto (¿Quien es el dueño de esta pocilga?) y disparo. ¿Que será de el una vez yacen todos los cadáveres a su alrededor en el hall del Saloon? ¿Quien será? ¿Cual es su destino? La película nos deja con la duda. Pero es una incógnita que cada uno concluye como quiere. No es importante. Lo único realmente importante aquí es que será culpable. Y lo será toda la vida. Y con esa palabra me quedo.





jueves, 13 de octubre de 2011

"¿Que cree que haria usted si saliera libre?"

Otro ejemplo de lo que hablábamos en el caso de Collateral. Para mí, EL EJEMPLO. No se hasta que punto abandono el cine de acción, pues técnicamente la película de la que voy a hablar ahora esta calificada como tal. Aunque viéndola, cualquiera puede determinar que estamos delante de una cinta de humor, negro, pero humor. O una de esas mezclas que tanto gustan en Hollywood y que denominan comedia-romántica, porque al fin y al cabo, la historia cuenta el idilio entre los dos protagonistas. Lo que pasa que entre medio han "colado" el atraco a un casino. Sea como fuere, y pertenezca a la categoría que sea, Ocean's Eleven destaca por otro motivo. Esta claro, independientemente de si finalmente es una peli de acción, es que es una cinta muy comercial; solo hace falta ver el reparto. Ese nutrido y contrastado grupo de grandes actores (y actriz) de Hollywood pueden tirar ellos solos del carro, por decirlo de alguna manera. Ellos solos pueden dar vida a esa película. Y realmente creo que lo consiguen. Porque como guion esta muy bien y tal... Pero nadie podrá negarme que como historia es bastante fantasiosa y se aleja mucho de lo que se entiende por "una buena historia". Pero Brad Pitt, Mat Daemon, Andy García, Julia Roberts, y sobretodo (ahora explicare porque) George Clonney, la colocan en otro nivel. En serio, pensemos si no como hubiera sido esta cinta sin ellos, con actores (y actriz) desconocidos. Es lo bueno de ser uno de los grandes del celuloide.
Creo que ha quedado claro que no me entusiasme la idea. No pasara a los anales de mi memoria cinematográfica. Pero, tras comentar Collateral en la ultima entrada y centrarme casi exclusivamente en un momento que he dicho que para mi valía la película entera, automática e irremediablemente me ha venido a la mente Ocean's Eleven.
Escena inicial: Danny Ocean se sienta en una silla de alguna sala, en algún rincón de alguna cárcel de alguna ciudad de los Estados Unidos. Un completo desconocido. Primer plano bien marcado. Se distingue perfectamente su rostro, casi inexpresivo pero al mismo tiempo intenso. Mientras le hacen un pequeño interrogatorio (algo así como un mini test para determinar en que punto se encuentra anímicamente como delincuente) George Clooney responde sin inmutarse lo mas mínimo. Pero cuando finalmente le formulan la pregunta definitiva, la de "¿que cree que haría usted si saliera libre?", en ese momento, la expresión que adquiere, basta para "tragarse" toda la historia. La mirada que ha puesto, penetrante y dura, pero al mismo tiempo dulce i sincera, como si nos estuviera mirando y no hubiera en ese momento nada más a su alrededor. Una mirada de esas que te atrapa. Esa expresión dice muchas cosas: cuando has acabado de ver la película, tras toda la trama, entiendes lo que aquella mirada significaba. Como he dicho, es sincera. Esa es la palabra.

En definitiva, historia entretenida y cautivadora que muy probablemente sin George Clooney se hubiera quedado en entretenida.


"¿Esta bien?"

- ¿Esta bien?
- Si, muy bien. No ha sido nada amigo.
- ¿Seguro?
- Disfrute en los Ángeles.

Antes de abandonar el cine de acción (o posponer, no lo se) quiero hacer mención a Collateral. Seré breve. Este pequeño dialogo que escribo al inicio, insignificante, casi vacio de significado, y en definitiva absurdo, es lo primero que se oye en la película. Pues bien, eso más la imagen de Tom Cruise entrando al aeropuerto, para mi, ya valen toda la película.
Por lo tanto, lo que quiero destacar de esta cinta, sobretodo y ante todo, es el hecho de la fuerza que le puede dar una escena a toda una historia. Dotarla de credibilidad, impregnarla de magnetismo para hacia el espectador.
Como historia (y es una opinión muy personal) me parece muy valida. No diré que es un guion digno de figurar en los libros pero si muy bueno. Es una historia sencilla, al mismo tiempo oscura y poderosa. No tiene mucha complejidad ni da muchos giros. Es más bien plana. Todo ello mezclado con el desenlace, a mi entender horroroso y que se carga toda la película. ¿Como un final, en 5 minutos, puede deslucir tanto una historia que prometía mucho más? Pues por el terrible afán, casi enfermizo que viene de Hollywood y que pretende que sus historias siempre acaben "bien". Esta no era una historia para que acabara bien. Por lo tanto, me fijo en el final y digo: "joder que mierda, menudo desperdicio". ¿Como lo arreglo? ¿Como hago para que una película que a conseguido incluso atraparme no se desmerezca de este modo tirando por tierra todo el trabajo hecho con ese maldito final?
Pues volviendo al principio: Y aquí es donde vuelvo y donde acabo. Tom cruise (por cierto me permito un pequeño paréntesis: nunca me ha parecido un actor destacado, en esta historia, en este papel, realmente consigue cautivarme) llegando al aeropuerto, con su vestimenta de capo de la mafia. Con su pelo canoso. Con su barba de 4 días. Con ese rostro, esa expresión entre malvada y compasiva. Con ese andar. Pero sobretodo, con un detalle: Las gafas de sol. A fuera de noche, llega al aeropuerto con las lentes. No se las quita hasta que sale a la calle. Naturalmente es el único que las lleva en ese momento. Destaca. Y esa es la palabra con la que si concluyo. Tom Cruise, en el papel de un asesino a sueldo llamado Vincent, destaca. Y destaca por encima incluso de el final. De su final.


martes, 11 de octubre de 2011

"Yippie-kay-yay mother fucker"

Para publicar todas y cada una de las entradas, no voy a seguir ningún orden. Ni por categorías, ni por directores, ni por años, nada. Sera algo espontaneo. Esto es, cuando me venga una película a la cabeza y quiera comentarla, pues ese día será su turno. Por algo el blog es mío, coño xD. Entonces, que nadie se sorprenda si un día hablo sobre "Algo para recordar" de Tom Hanks, y al día siguiente sobre "El resplandor", de Jack Nicholson.
Pues bien, aclarado este punto, me dispongo a hablar sobre el segundo film. Hoy abrimos las puertas para que entre el mítico y carismático John McClain (Bruce Willis) y su no menos mítica y carismática frase "Yippie-kay-yay mother fucker". Todo ello acompañado de su secuela (mítica y carismática, por supuesto) Jungla de Cristal. Hoy hablare sobre todas las 4 películas que conforman la secuela Jungla de Cristal. Indistintamente de una que otra. Tal vez, en ocasiones posteriores solo comente una de alguna saga, la verdad no lo se, este blog esta abierto a la improvisación. Pero en esta ocasión lo hare sobre las cuatro. Pinceladas de una y de otra. Aunque antes de ponerme a escribir deduzco que me centrare algo más en la primera porque es la más referente. E incluso quizá la mejor.
Así como algunas cintas son de obligada visualización para todos los amantes del cine ("El Padrino" es uno de los ejemplos más clásicos), otras no. Mi primer comentario fue sobre "Taxi Driver". Una de esas películas que se incluyen en la categoría de las que "hay que ver". Ello no ocurre con el cine de acción. Ese tipo de cine que por supuesto tiene fans (y seguramente más de los que creemos) pero que nunca llega a formar parte de la elite en cuanto a cine de refiere. El espectador siempre es un poco reacio a esta categoría. Los grandes críticos, el gran publico, todos se alejan un poco de el, lo miran desde la distancia, siempre con cierta dosis de escepticismo y tal vez nunca sin juzgarlo debidamente. Con algún que otro prejuicio. He de decir que creo que entiendo porque. El motivo es sencillo: El cine de acción no cuenta historias reales, veraces. Esa es la palabra; veracidad. Credibilidad. No representa el arte que se le supone al celuloide. No es arte, quizá, es entretenimiento. Simplemente. Cuesta identificarse, meterse en la piel de los personajes. Comprender una realidad. Reflexionar, sacar conclusión, etcétera. Todo lo que una buna historia puede darnos nos lo quita el cine de acción. Estoy de acuerdo.
Sin embargo, eso no significa ni mucho menos que estemos hablando de una categoría menor, tanto en contenido como en arte. Estamos hablando, si a caso, de una disciplina distinta. Y aquí es donde radica la grandeza. Para apreciar una historia de acción, "basta" con poner un poco de nuestra parte y adoptar una actitud abierta, soñadora, y alguna otra palabra que no alcanzo a encontrar. "Colarse" un rato en la piel del personaje, tal vez sin empatía, y dejar volar la imaginación. Así se puede disfrutar de una de estas películas.
Dicho esto, nos adentramos pues en el imaginario y fantasioso mundo del cine de acción. Acción en mayúsculas. De la mano del director John McTiernan nos llego en el año 1988 "La Jungla de Cristal". Cinta que en cierto modo revoluciono el mundo de los disparos y los puñetazos al convertirse en un referente que contaba alguna cosa distinta, o de distinta forma. Tal vez a excepción de "Depredador" (del propio McTiernan) y alguna más que seguramente existía y no conozco o no recuerdo, pocos films más se adentraban de esa forma tan salvaje, brutal, dura, e incluso sucia, en el mundo de la acción. En el año 88 quedo oficialmente inaugurado el thriller moderno de acción. Evidentemente es mi opinión y habrá quien discrepara e incluso quien me mandara a la mierda. Menudo rollo... Vamos a lo que interesa.
¿Porque digo todo esto? ¿Porque tantas alabanzas a la saga "Jungla de Cristal"? Principalmente por dos motivos: Uno porque cuando las he visto, he conseguido abstraerme de la realidad y he disfrutado mucho con la puesta en escena. Y dos porque me declaro abiertamente fan de John McClain y de su carisma del que antes hablaba. Todas las películas, las 4, tienen un nexo de unión en común: La forma de hacer, el modus operandi de Bruce Willis. Es de esas interpretaciones que le van como anillo al dedo, un traje a medida. Dudo que nadie mas pudiera haber sacado tanto jugo al personaje como el bueno de Bruce.
Me entusiasman los personajes: John McClain, antes de patear el culo a los malos, suelta su poderosa y contundente frase "Yippie-kay-yay mother fucker". (Como curiosidad, esa era una forma común de saludarse en el antiguo Oeste. Evidentemente sin el mother Fucker). Excepto en la cuarta entrega, donde había que colar la frase como fuera y se nota que es forzada, por lo tanto pierde su fuerza y carisma, en las demás, la suelta en momentos álgidos y siempre con poder. Es como un: "aquí mando yo y hasta aquí llega vuestra aportación de hoy, malditos hijos de puta".
A modo de ejemplo, me parece muy acertada (quizá la que más) la segunda parte "la Jungla 2. Alerta roja" Tal como ha transcurrido la historia, el hecho de terminar con los malos desde una pista de aterrizaje, en el suelo, herido y con un mechero, es sencillamente genial.
Del mismo modo, muchos de los personajes que aparecen en todas y cada una de las películas siguen en la línea carismática, autentica, del protagonista: El jefe de la banda de ladrones de la 1, Hans. Con su apariencia, dialogo, modo. Transmite lo que en el se le supone; esencia de líder. Asimismo sus socios, todos y cada uno. Entre ellos, sumados, le otorgan ese punto de credibilidad a la historia que se le acusa de no tener al cine de acción.
Del mismo modo me parece genial la aportación de Jeremy Irons en la tercera parte, encarnando el papel de Simon, un mercenario atípico por su capacidad estratégica y sus "buenos modales".
Otro detalle importante en cuanto a personajes se refiere: En todas y cada una de las entregas de la saga, me llaman la atención los compañeros de John McClain, todos los que por inesperados giros del destino, acaban de su lado y no como meros espectadores, si no que participando activamente en la consecución de los objetivos de Bruce; patear los culos de los malos. Me llama especialmente la atención el caso de Samuel L. Jackson en la tercera parte. Es como el compañero perfecto. El socio ideal de John McClain, con la misma seguridad en si mismo, la misma contundencia tanto en sus actos como en sus palabras. Si nos fijamos en un detalle, y con esto ya concluyo, en todas las películas, un socio/compañero acaba acompañando al protagonista. Naturalmente es un reclamo para el espectador, no tiene mucha mas historia. Pero creo que (quizá excepto en la primera) siempre consigue su objetivo: "enganchar" al espectador. En la primera su contacto en la calle, Al Powell. En la segunda varios empleados del aeropuerto. En la tercera ya lo he dicho, y en la cuarta el chico, más inocente que Bambi atado. Nueva formula idéntico resultado. Se busca el contraste entre los dos protagonistas. Bien logrado.
Todo (o casi todo) en estas 4 películas de acción es autentico. Sin realmente serlo en el término más literal de la palabra, lo es en un sentido más filosófico, más etéreo. En resumen, esa es la palabra que acompaña a la saga Jungla de Cristal. Algo autentico de ver y oír.

Aunque la más autentica es la primera entrega. El solo contra todo, un desconocido contra el mundo. En clara inferioridad, sin saber muy bien a que se enfrenta. Su mujer como rehén... y descalzo. Aun así se permite el lujo de provocar hasta la exhaustacion a los malos.



"Todo es una mierda"

Bienvenidos, inauguro este blog para hablar de cine. Simple y llanamente. El funcionamiento es más simple que el de un botijo: En cada entrada voy a citar una palabra o frase extraída de alguna película para luego hablar sobre ella. Desde cualquier punto de vista.
En mi primera intervención, quisiera hablar del film que da título al blog y que no es otra que Taxi Driver.
Para mí, tal vez una de las películas que debería considerarse (si no lo es ya) como un clásico, imprescindible para todos los amantes del cine.
De la cinta creo que se pueden extraer un buen número de frases célebres, así como imágenes (o escenas) que quedan para el recuerdo. De todas, he escogido el que a mí entender refleja mejor la esencia de la historia: El momento del televisor. Cuando Travis Bickle está en plena fase de autodestrucción, en aquel instante en que sus funciones racionales se están deteriorando a un ritmo imposible y en el que su realidad empieza a acercarse peligrosamente a la del psicópata/sociópata en el qué más tarde se convertirá. El film refleja la vida de un ex-combatiente del Vietnam con evidentes problemas emocionales, envuelto en una sociedad que no comprende y de la que no puede escapar. Sin duda una acertadísima radiografía de una vida llena de dudas y de rabia.
Ver la interpretación sublime del gran Robert de Niro, en ocasiones estremecedora, acerca al espectador a una psicosis desgarradora que completa con un final digno de esta magistral historia. Secuencialmente, la cinta nos relata una historia de lo más lineal, donde todos los personajes sufren y sienten la presión de sus vidas. Presión que les va ahogando poco a poco. Naturalmente el que más fuertemente experimentas esta sensación de desasosiego es Travis Bickle (Robert de Niro).
Sin embargo, una de las interpretaciones (a mi entender) más explicitas es el de una jovencísima Jodie Foster en el papel de prostituta barriobajera. Sin olvidar personajes mucho más secundarios como el de los compañeros de trabajo de Travis o incluso (por citar alguno más) el del proxeneta encargado de salvaguardar los intereses de Iris (Jodie Foster). Todos ellos (y todos los demás que completan la sociedad que se describe) se complementan, interactúan y por decirlo de algún modo, "hablan el mismo idioma".
Lo que más destaco y con lo que me gustaría ir concluyendo es algo que ya he dicho; me quedo con la historia. Tal vez no tanto en como lo cuenta, si no lo que cuenta. En posteriores ocasiones intentare hablar sobre algún otro film desde un punto de vista más técnico, es decir, como esta rodado, como nos cuentan la historia. Y digo intentare porque no estoy seguro de poder hacerlo. En definitiva, Taxi Driver, radiografía de una(s) vida(s) en caída libre, unas vidas vacías, sin sentido y sobretodo con mucho odio. Por supuesto es solo mi opinión.
Quizá podría estar horas hablando sobre Taxi Driver pero debo ocuparme de otros asuntos. Quedemos con la siguiente reflexión: Todos podemos llegar a ser Travis Bickle, ósea que cuidado, tengamos paz y sobretodo controlemos nuestras emociones.
Un saludo.




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