jueves, 24 de noviembre de 2011

" - Esta embarazada".

Vamos a iniciar una nueva categoría. Hoy le sacamos el precinto al género cinematográfico que nos habla sobre el fin del mundo y que nos cuenta una historia desde un punto de vista posterior a un hecho que, o ha terminado con la raza humana, o va por el camino de hacerlo. Esto es, el cine post apocalíptico. Y sabía porque quería hablar de ello, pero lo he olvidado.
Lo más importante en este tipo de cine, por supuesto, es el contexto. A menudo parece que este género no puede dar mucho de sí, que no hay mucho jugo que extraer, pues a fin de cuentas siempre es lo mismo; la extinción de la raza humana. A priori nos cuentan lo mismo. Pero, realmente no es así. Me explico.
Lo que buscan estas historias en involucrar al espectador. Transmitirle incertidumbre y pesar. En cierto modo me gustan por su capacidad para describir la falta de esperanza. No hay salida, solo cabe esperar. Pero, suelen dejar una puerta abierta, una luz al final del camino que otorga esa esperanza para la raza humana.
Hay una serie de aspectos a tener en cuenta, por ejemplo, uno de importante es el que trata sobre el cómo. De qué modo, la raza humana se ve expuesta al fin de sus días. Dos posibilidades:
Por un lado, es el propio hombre el responsable de dicho destino.
Por otro, factores externos, imprevisibles e injustificables son los culpables del exterminio. Determinar que factor corresponde a cada historia nos posiciona a nosotros (al espectador) de un modo u otro. En el primer caso, cuando cualquier error de cálculo (el más común es un virus mortífero pero hay más) creado por el ser humano se encarga de eliminarnos sistemáticamente, quien visualiza la película perfectamente puede experimentar algún tipo de sentimiento cercano al rencor. Algo así como un "nosotros nos lo hemos buscado". En estas ocasiones se suele dejar una puerta abierta para la esperanza, para hallar el remedio y poder volver las aguas a su cauce y evitar así la destrucción de nuestra raza. En mi modesta opinión, incorporan un punto de fascinación hacia nosotros. Creo que nos venden el hecho de que nuestra especie no puede (no debe) desaparecer, porque somos buenos, justos, maravillosos, etcétera etcétera. Y sobre todo útiles. El desenlace a veces parece muy previsible. A Dios gracias no siempre es así. Para mí este contexto pierde un poco de interés precisamente por lo que estoy comentando.

La otra cara de la moneda, nos posiciona en el mismo contexto pero por diferente motivo. Esto es, algún elemento (mayoritariamente de carácter natural) es el culpable/responsable. Aquí el espectador perfectamente puede (o debe) sentir compasión ante tal injusticia. Así, a medida que avanza la trama, uno puede sentirse identificado y terriblemente afligido para hacia su compatriota humano. Cuando se da el caso, genera un punto de interés la pregunta que nos surge y que responde al ¿porque? Es decir, ¿a qué se debe este terrible incidente mundial? Buscar respuestas para comprender y para revertir la situación. Asimismo contempla el ¿quien? Abra algo o alguien que se responsabilice de esta situación, ¿verdad?
En resumidas cuentas, en este segundo supuesto, las dudas se suceden y le otorgan si cabe mayor interés al film. Pero no quisiera desviar el tema.
Hablaba sobre el contexto, que técnicamente es la suma de todas estas preguntas: ¿Que?, ¿Cómo? ¿Cuando? ¿Quien o qué? ¿Porque?...

Para examinar este género empezare por el final, es decir, primero quiero comentar la que a título personal me causo mayor impacto. Y no porque sea la más espectacular a nivel narrativo, ni porque sea la más intensa ni la que nos cuente la mejor historia, si no simple y llanamente por el contexto, valga la redundancia. Se titula "hijos de los hombres, y me llevo a una profunda reflexión.
Tiene un punto que la distancia de las demás. En esta historia, a la raza humana no le pasa nada. A las personas que en ese momento habitan el planeta están sanas. Vale, no es del todo cierto solo que para el caso sí lo es. Las mujeres han perdido la capacidad para engendrar nuevos retoños o los hombres para reproducirse. No queda claro. Solo sabemos que es así. No es posible tener hijos, basta con eso. Pero todos y cada uno de los seres humanos que existen en ese momento, año 2027, están bien. El único problema evidente derivado de ese hecho es que no existe futuro. Ellos son la última representación humana en un planeta llamado Tierra. ¿Y como actúa esa ultima representación? Pues matándose entre sí. ¿Qué más da? No viene nadie detrás. Esa es la naturaleza humana. Perdón, ¿esa es la naturaleza humana? ¿Es eso lo que ocurriría? En opinión del director, del guionista o de quien coño sea, si. En mi siempre modesta opinión, también. Y esa es mi reflexión: En cualquier otra historia post apocalíptica, la raza humana lucha por sobrevivir, aunque sean los únicos, como por ejemplo pasa en otra película que pronto comentare y que se llama "la carretera".
Consciente o inconscientemente, (más lo segundo que lo primero) nadie se resigna a perecer sin luchar hasta el fin, pues siempre hay esperanza. Hay atisbo de supervivencia para un futuro. Pero en "hijos de los hombres" el futuro no existe, nuestra especie ha escrito la última página de una larga historia. Y el final podría ser feliz, pero han decidido que no lo sea. Nadie quiere ser el primero en abandonar el planeta, si no el último. El egoísmo y/o egocentrismo humano alcanza cotas increíbles, insultantes e irracionales.



sábado, 19 de noviembre de 2011

" Es una cuestión semántica"

- Es una cuestión semántica.
- Y si te dijera que loco es trabajar 50 horas a la semana en una oficina durante 50 años para que luego te envíen a la mierda. Para acabar en algún asilo de ancianos esperando morir antes de sufrir la indignidad de intentar llegar al retrete a tiempo.
- ¿No consideras que eso es estar loco?

- Asesinar a 30 personas, sea semántica o no, es de locos.

- Recuerdo a una niña. Atravesé tres estados con su cabeza de sombrero.

- Hoy es el cumpleaños de mi hija. No te sientas obligado a compartirlo todo conmigo.

Madre mía, que película más lamentable. Por varios motivos. En la mayoría de fases responde a los clichés clásicos de típica película americana, patriótica y que solo entienden los norte americanos (tal vez ni ellos). Como se dice vulgarmente, "una americanada". Personajes planos, historia irreverente con origen en una injusticia hacia el hombre más bueno del mundo, que sin quererlo se ve envuelto en un homicidio. Y precisamente cuando su bella esposa está embarazada de su primer hijo. Un excepcional ranger, con un corazón que no le cabe en el pecho al que los problemas parecen perseguirle. Es lo más simplón y cursi que he visto en tiempo. A parte, y para rematar la jugada, la figura del poli bueno y el poli malo. Recurso tan y tan utilizado y tan y tan cansino y mal llevado que me dan ganas de vomitar. El poli bueno (John Cusack, Vince Larkin) cree en la bondad incondicional del recluso-trozo de pan Cameron Poe (Nicolas Cage), mientras sus compañeros solo están por la labor de eliminarlo a él y a todos los demás presos que viajan en el avión. Una lucha (estúpida) de poderes en la que las convicciones de unos y otros se alargan durante todo el metraje hasta que al final, en un momento de debilidad emocional, el poli malo se da cuenta de que su compañero el poli bueno esta en lo cierto y en el último instante, en un suspiro de lucidez, cuando tiene en su mano derribar el avión, da marcha atrás y se posiciona en favor del recluso-trozo de pan. Total, una mierda.
Para más inri el personaje de John Malkovich (Cyrus Grissom) en el papel de perfecto psicópata sin escrúpulos y con un plan infalible para salirse con la suya. Todo le viene de cara, tiene a su grupo de compinches debidamente aleccionados y rindiendo pleitesía a su persona. El pobre de Cameron-Trozo de pan-Poe no lo ve nada claro. Es más, no tiene aparentemente nada que hacer. Ha de lidiar contra todo y contra todos (sin además ser descubierto) y con escasas probabilidades de éxito. Por supuesto se sale con la suya, faltaría más. Triunfa la bondad. Todo ello mientras una mujer, una madre sola y asustada, acompañada de su desamparada hija, aguarda en tierra noticias sobre su marido y padre de la criatura desconociendo el motivo por el cual no se ha reunido con ellas cuando ha tenido la oportunidad. Y el motivo es, por supuesto de peso; su compañero y amigo ha sido herido por el líder de la banda. Precisamente su compañero y (único) amigo de entre todos los presos que viajan con él. Justamente el, (además su amigo es de color, para darle un enfoque más injusto si cabe a la historia) de entre todos. El psicópata líder Cyrus Grissom, que se jacta de haber matado más hombres que el cáncer, le dispara en el pecho. Un asesino infalible, que nunca falla, dispara su arma a quemarropa contra el pecho del amigo de Trozo de Pan, pero mira tú qué casualidad, esta vez no termina con él. Solo lo hiere. Por cierto, el amigo herido tiene diabetes, y no hay ni una sola maldita jeringuilla en todo el puto avión.
Me están entrando nauseas.
Voy a dejarlo porque creo que ha quedado claro porque es una mierda de película. Solo añadir que en mitad de este escenario catastrófico, se suma el sin fin de tiros y explosiones, sin ningún orden ni criterio, y que en cualquier caso, el destinatario es Cameron Trozo de pan Poe. Siempre está a un paso de palmarla, pero siempre sobrevive. Es el perfecto ranger superhéroe. Y sin olvidar la aportación que hace al salvaguardar la integridad física de la mujer policía que viaja con ellos, como rehén, y que está en todo momento a merced de un violador que cumple condena por su obsesión hacia las mujeres y que ha puesto su punto de mira en ella. Él solito va sofocando todos los incendios que van apareciendo, para que quede claro del todo que él es el bueno de la película. Y que la bondad, por muchas trabas que le surjan, acaba triunfando. Aviso a navegantes.
Mencionaría para terminar el final, quería hacerlo, pero creo que ya no será necesario. Quien quiera que lo vea, y tal vez antes ya lo habrá deducido. A por cierto, todo esto aliñado con una banda sonora de lo más ñoña que he oído en mi vida, algo repugnante para ese contexto.
En definitiva, me sabe mal por los dos personajes protagonistas, (Cage y Malkovich), que no sé quien coño les engañaría para hacer este pequeño bodrio, o a quien le deberían dinero, o que apuesta perderían, pero con esta película, su cache pierde galones.
Entonces, ¿si tan mala me parece, porque estoy hablando sobre ella? Pues muy sencillo: Por la dialéctica. Las expresiones, la forma de comunicación. Vaya por delante que para hablar debidamente sobre ello, primero debería conocer la versión original de la cinta para luego poder hacer una comparativa con la traducción al castellano, que, muy probablemente dista un poco (o bastante en ocasiones) de la realidad. Pero aun así me arriesgare pues no poseo la habilidad del poliglota.
Hablando sobre esto, de algún modo abro un capitulo que bien puede alargarse mucho en el tiempo dado que, el estilo gramatical está muy presente en el 99% del cine que sale de Hollywood. Es una de sus señas de identidad mejor identificables. Y aunque puede ser un episodio largo, lo racionare debidamente. Por el momento pongo esta película como ejemplo y destaco frases y/o diálogos como los que siguen. (El primer ejemplo esta en las líneas iníciales de la entrada):

Llegada de uno de los policías de la división de narcóticos al aeropuerto desde el que va a partir el avión que va a transportar a los presos a una nueva penitenciaria. Llegada en coche, un precioso descapotable gris.

- Duncan, me alegro mucho de verte. Es muy bonito
- ¿Bonito? Un atardecer, los niños pequeños son bonitos. Esto, esto es espectacular.

Momento en el que los presos son conducidos hacia el interior del avión. Los policías que lo observan desde la video cámara describen a los más destacables:

- Ya os dije que el vuelo de hoy seria especial.
Este es William Bedlam, alias "Billy Belcebú"
- ¿El asesino de masas?
- El mismo. Pillo a su mujer en la cama con otro. No le izo nada. Se fue directamente a la casa de la familia de su mujer. Mató a sus padres, hermanos, hermanas y al perro.
- ¿Quien es ese hermano de la pantalla?
- Jones, alias "Perro Diamante". Ex-general de las guerrillas negras. Izo explotar una bomba en un congreso de la asociación del rifle alegando que representaban lo más negativo de la raza blanca. En la cárcel escribió un libro; reflejos en un ojo de diamante. Según el New York Times es una llamada al despertar de la comunidad negra. Ya han hablado con Denzel para hacer la película.
- Este ha hecho de todo. Secuestro, robo, asesinato, extorsión... Se llama Cyrus Grissom, alias "Cyrus el Virus". Tiene 39 años, 25 de ellos los ha pasado recluido. Pero ha aprovechado su encierro. Ha sacado dos carreras y un doctorado en derecho. Además ha matado a 11 internos, ha provocado 3 revueltas y se ha fugado 2 veces. Se jacta de haber matado a más hombres que el cáncer.

Llega el turno de embarcar para Cameron Poe. Cuando el guardia que le registra le escanea y le cachea le encuentra una foto en el bolsillo superior de la camisa de preso...

- ¿Y esta mierda?
- Es mi hija
- A mí como si es Mis América. Nada de objetos personales en el avión.
- Sabe que antes o después tendrá que devolvérmela.

Una vez dentro del aparato, el jefe de los guardias que se encargan del orden a bordo, lanza el siguiente mensaje:

- Bueno, bienvenidos. Vaya vaya, veo un montón de celebridades. 11 Óscar al mejor psicópata, 2 al mejor carnicero y una autentica joya en bruto. Pero eso caballeros, no me impresiona. En este avión tenemos unas normas y se cumplirán, es como un parvulario. Las manos alejadas de los demás, el nivel de decibelios bajo, y a alguien le da por gritar, escupir o morder, será castigado. (Uno de los presos automáticamente escupe en el suelo y dice):
- Jodete.
- Castigad a este nazi de mierda.

Los presos, encabezados por Cyrus Grissom, se apoderan del avión y toman en control. Cyrus entra en la cabina donde está el piloto:

- Di una sola palabra sobre esto por radio, y te juro que las próximas alas que veras serán las de las moscas, revoloteando sobre tu podrido cadáver.

Otro más:

- El piloto pregunta que qué hace.
- Aterrizar en Carson City como estaba previsto.
- ¿Carson City? La ley está allí, ¿te has vuelto loco?
- Según mi último análisis psicológico... Si.

Momento en el que se ejecuta la primera parte del plan de los presos, que consiste en bajar a 6 reclusos en Carson City y permitir la subida de 3. Todo ello para que nadie sospeche del motín que ha habido a bordo. Como alguno de los implicados en el descenso está muerto, se selecciona a un guardia, que debidamente amordazado, pasara por la persona que realmente debía ir. Precisamente el escogido es el guardia que previamente le había usurpado la foto de su hija al bueno de Cameron Poe. Y por ello, se la sustrae de su bolsillo:

- Te dije que la recuperaría.
- Que te jodan muerto de hambre.
- Todavía vivo y como. Anda ponte esto, acabo de salvarte la vida.

En Carson City sube un preso muy peculiar. Uno de esos personajes de ficción made in Hollywood, tan llamativos y ocurrentes. En este caso el sujeto se llama Garland Greene y se apoda "el mutilador de Ohio". Sobran las palabras. Pues bien, el susodicho, desde que sube al avión, se dedica sistemáticamente ha lanzar frases ingeniosas y con mucho sentido, más propias de una catedrático de universidad que de un "psicokiller". Por ejemplo cuando se dirige por primera vez a Cameron y a su socio:

- Es una fuente de furia mal enfocada. A saber la razón. Su madre le mimo demasiado o muy poco. Tal vez nadie quería jugar con él, o quizá una mala relación. Ahora está muy furioso, los momentos de levedad le producen dolor. Le dan dolor de cabeza. Al caballero le duele la felicidad.
- ¿Qué le pasa a ese?
- Me parece que ha ese tipo le pasa de todo.

Cuando se conocen Vince Larkin y Cameron Poe, en el contexto de una especie de guerra, la primera toma de contacto es apuntándose mutuamente. Cuando Larkin le pide que baje el arma el otro le suelta:

- Lo siento jefe. Solo confío en dos hombres. Uno soy yo y el otro no eres tú.

Otra de Garland Greene:

- Define la ironía: Un montón de idiotas bailando en un avión al ritmo de una canción que popularizo un grupo precisamente muerto, en un accidente aéreo.

Y basta por hoy.


"- Un tipo me dijo una vez: No admitas nada en tu vida que no puedas dejar en 30 segundos si la pasma te pisa los talones"

A decir verdad, ahora quiero hablar sobre "Heat" pero no sé porque. Y sabia el motivo, pero ya no lo recuerdo, por lo tanto, el prologo (por llamarlo así) no va a existir. Solo la comentare y destacare por lo que a mí me parece interesante, sin seguir un hilo que he intentado llevar para relacionar un tema con el otro. Como dije ya hace tiempo, este blog se basa en la ausencia de orden, lo más parecido a un sistema anárquico.
Heat, película del año 1995. Dirige Michael Mann (he hablado sobre otra de sus obras, Collateral y asimismo también es el responsable de películas como "El dilema" o "Corrupción en Miami). Protagonizan; Robert De Niro, Al Pacino, Val Kilmer entre otros. Sobran las palabras.
Cinta que para encontrarla en el videoclub tenemos que ir al apartado que ponga "acción". Pero es mucho más. De hecho, la acción, propiamente y en el sentido más estricto del término, digamos que no abunda, aunque pose una de las escenas más logradas e interesantes del thriller de acción moderno. Pero vayamos por pasos:
Este hombre (Michael Mann) siempre intenta darle un enfoque algo distinto a lo convencional a sus metrajes. Esto es, basa la acción (tiros y explosiones) en el dialogo y la vida de los personajes. De este modo, en esta ocasión, logra explicar una historia en la que los dos protagonistas principales (De Niro y Pacino) proyectan sus intensas vidas en medio de un contexto de violencia y persecuciones. Es algo más profundo que la clásica acción (insisto, tiros y explosiones). Nos narra cómo se cruzan por el camino dos existencias (una desastrosa y la otra gloriosa) y como sus respectivos trabajos se entrometen el uno con el otro, creando una especie de obsesión enfermiza por ser el mejor. Algo así como el bueno y el malo. La prueba para entender de lo que hablo la encontramos en la conversación que mantienen Neil McCauley (Robert De Niro) y Vincent Hanna (Al Pacino) en un restaurante, tomando tranquilamente un café y discutiendo quien de los dos merece morir y porque. Los diálogos en general (y este en particular) no tienen desperdicio. Se agradece mucho el nivel de perfección en las conversaciones. Y más tratándose de una película en la que hay que disparar más y provocar más explosiones (me vais a perdonar la redundancia).
Nos habla así mismo sobre valores como la fidelidad, la honradez y la profesionalidad. Todos estos ingredientes mezclados en la piel de cada uno de los integrantes del reparto y que a medida que avanza la trama, se agudizan más. Asimismo, hace acto de presencia el amor, típico elemento muy utilizado para cualquier película que no tenga salida. Pero se proyecta desde un punto de vista frio, desde la lejanía, como algo que esta pero que no sirve para nada. Aquí lo único que importa es ganar. Pero no a cualquier precio. Y hay que recoger el mayor de los botines posibles, sea del tipo que sea.
Incluso se hace un apunte a cerca de la venganza. Un momento de la historia que cambia el devenir de la misma y que a la postre sirve de trampa mortal para Neil McCauley. De cualquier otro modo, el desenlace hubiera sido una autentica mierda. Pero el director consigue darle sentido a ese "final feliz". Es una de sus principales grandezas. Cometer un error se paga caro. Si no se mete la pata, todo sale a pedir de boca. Tenéis que verla para entenderme. Pero a lo que me vengo a referir es que tanto al bueno como a los malos, se les da las mismas oportunidades, parten con las mismas ventajas. Por eso, la muerte de uno de los integrantes de la banda en el tiroteo en medio de la calle o la huida de otro gracias a la lealtad y amor de su compañera, llenan de estímulos a esta película.
Por lo tanto queda claro que la historia mezcla una serie de elementos emocionales con los objetivos profesionales de unos y los otros para acabar decidiendo el buen hacer, el empeño, la perseverancia y los errores de cada cual. Elementos todos sumados que alejan a la cinta del thriller de acción convencional, puro y duro. (Y, hay tiros y explosiones, increíble pero cierto)
Por último concreto un poco más la escena de acción a la que venia refiriéndome y de la que guardo un grato recuerdo. Es casi como un referente. De entrada, la duración de la misma. Ese prolongado espacio de tiempo parece hacerse eterno y en ningún caso da la sensación que la banda de atracadores de Neil McCauley lo tenga controlado. Le otorgan mucha fuerza e intensidad.
Por otro lado el escenario, esto es, en mitad de la calle. Rodeados por la policía y armados con armas automáticas, a pecho descubierto como se dice vulgarmente. Parece que la improvisación sea una de sus armas más poderosas, incluso por encima de sus ametralladoras. La individualidad, como cada uno escoge su camino, pero, sin olvidar a sus compañeros caídos.
Creo que nada más.


jueves, 17 de noviembre de 2011

"Por eso usted vive aqui y yo solo estoy de paso"

En el mundo del séptimo arte, las cosas no ocurren por casualidad. Es decir, toda historia tiene detrás un guion (lógicamente) que nos va relatando la trama, ciñéndose estrictamente a dicho escrito. Sucesión de acciones y acontecimientos debidamente redactados. Siempre hay sitio para la improvisación, claro está, pero la mayor parte del tiempo las cosas ocurren porque deben ocurrir. De este modo, cuando uno ha visto una buena cantidad de cine, en algún momento, viendo alguna película (la que sea) puede llegar a preguntarse sobre la ausencia de las casualidades. A ver si logro explicarme:
Situémonos. Una película, da igual, la que cada uno piense. Mencionar una sería contraproducente. A medida que se desarrolla la trama, las cosas se suceden, siguen un orden lógico. Lo lógico que dicta el guion. Esto es, desde lo más surrealista e inimaginable del mundo hasta lo más previsible y ridículo. Pero el/los personaje/personajes no se alimentan de las casualidades, en cierto modo de la suerte, que tan cotidiana es para cualquiera de nosotros en nuestras respectivas vidas. Hace un rato hablaba del factor suerte en Match Point. Es algo parecido. Por supuesto que existe la suerte/casualidad en los films, claro que sí. Pero en casi ningún caso son elementos definitorios en el devenir/porvenir de la trama/personajes. Y son momentos puntuales. Todo está debidamente establecido.
Hoy quiero hablar sobre una película titulada "Giro al infierno" el "padre" de la cual es un tal Oliver Stone que tal vez alguno habrá oído hablar de él. Y es un film como cualquier otro, con un guion que determina la historia y con unos personajes que viven de lo que está escrito en el texto. Pero con una diferencia significativa: La casualidad. El azar, un imprevisto. Como queráis llamarlo. Es una maldita eventualidad la que lleva al protagonista Bobby Cooper (Sean Penn) a tener que detenerse en un recóndito lugar de Arizona. Su coche se avería en el peor momento, en el peor lugar. A partir de ese instante, y solo empujado por la casualidad, la trama empieza a tomar forma. El origen no es ningún otro, solo el azar.
Es asombroso presenciar como con unos pocos elementos, el director consigue hilvanar una historia sencilla pero impactante, de corta durada en el tiempo per agónica, sin aparentemente nada que contar pero con mucho sentido. A penas una sola localización central, Superior, el pueblo en mitad de ninguna parte. En palabras del protagonista; "-Parece un pueblo, solo que más feo". Debo hacer un paréntesis. (En breve hablare sobre las expresiones en el cine norteamericano, cosa que me entusiasma y de la que he de reconocer que he aprendido mucho. Expresiones como las que acabo de mencionar y que muchas llevan el sello inconfundible de Hollywood. Pensare en un par de ejemplos en las que la semántica sea extraordinariamente enriquecedora aunque la película en cuestión sea un autentico bodrio) Cierro paréntesis.
A lo que iba es que con poco, Oliver Stone consigue mucho. Estoy de acuerdo con aquellos que dicen que la película es un poco extraña. Este es un término un tanto incompleto y genérico. Como yo lo veo, extraña por los personajes que van apareciendo y por la forma que tienen de ver y vivir. Pero quizá fuera necesario plantearlo así, pues de otra forma hubiera quedado demasiado sencillo e incluso poco creíble. A retener: El personaje de Billy Bob Thorton, en el papel de mecánico con pintas de loco. Impagable. Quiero destacar este título por tres motivos; el primero ya lo he dicho. El segundo se refiere a un detalle cinematográfico que a nivel muy personal me parece genial y que para mi gusto no se da mucho en el mundo del cine. Estoy hablando de aquellas historias que empiecen y acaban igual. Que cuando a finalizado, te queda esa sensación de haber estado todo el tiempo que ha durada la proyección metido en una especie de bucle, perdido en el tiempo y en el espacio. (El tercer motivo, y ya para obligarme a salir de mi propia trampa trata sobre los desenlaces de los que vengo hablándoos tiempo ha). En giro al infierno se dan esas circunstancias, y además a la perfección. Por un lado, las andanzas de Bobby Cooper por el pueblo (o agujero en mitad de ninguna parte), todas y cada una de las situaciones que le van aconteciendo, son fruto de una casualidad, como decía. Pero al final (y al principio), el desenlace es el mismo (valga la redundancia). Nuestro hombre empieza a contarnos su viaje desde el interior de su coche. Nos lo termina de contar, subido en ese mismo coche. Todo lo que ha pasado mientras tanto es la película. Imaginemos coger los 5 primeros minutos de metraje y sumarle los últimos 5. ¿Qué resultado tenemos? Es el mismo, con el mismo objetivo pero en distinta situación. No ha pasado nada y ha pasado de todo. A parte, como Oliver Stone decide poner fin a la historia es perfecto. Parece que a fin de cuentas todo haya sido una mala pasada del destino, solo un juego, algo macabro y cruel, pero que no tiene continuidad. Y no es así. Su historia muere con él, en el mismo punto en que la inicio, todo por culpa de una jodida casualidad. Este es sin lugar a dudas un perfecto desenlace. No es el mejor, pero, la vida no es perfecta.



martes, 15 de noviembre de 2011

"No puedo dormir, tengo problemas mentales"

Sigo en la línea, pero ya para (casi) terminar; en referencia a los buenos o en su defecto malos desenlaces. Ahora le toca el turno a un film del año 2001 llamado "Ni una palabra". Esta vez sí, seré breve:
La película tiene unos primeros 25 u 30 minutos prometedores, llenos de intriga y tensión. Los cabos sueltos se suceden y no llegas a comprender que relación pueden tener entre ellos. Esta fórmula de por sí ya es apetecible y efectista. Pero, poco a poco la trama se desmorona, los personajes se desploman bajo sus interpretaciones y la historia en definitiva pierde fuelle, emoción o como queráis llamarlo. Hasta llegar al final, un final tan ridículo que casi asusta. Parece que el desenlace se hubiera improvisado in situ y se rodara sin guion ni idea. Es como un gran parche que une de algún modo todas las piezas. Como se suele decir habitualmente en el mundo del futbol, el partido (la película) ha ido de más a menos. Ni siquiera el siempre creíble (para mi gusto) Michael Douglas consigue sostener la trama.
La verdad es que la historia no es mala, como pasa con otros muchos films, los cuales ya de inicio no tienen nada que aportar o muy poco (para ejemplificarlo me vienen a la cabeza un par de títulos como son "7 Almas" o "el Bosque"). En este caso insisto, no es reprochable el guion, si la ejecución del mismo. Supongo que en un caso así tiene mucha culpa el director (Gary Fleder), un auténtico desconocido para mí. Aunque de su filmografía destaco "cosas que hacer en Denver cuando estás muerto" y "el jurado" (esta última muy interesante), en esta ocasión, con "Ni una palabra" se ha cubierto de gloria. Es un thriller que podía haber dado más de sí, e insisto y termino, si por lo menos hubiera tenido un desenlace distinto, tal vez hubiera salvado los muebles, pero no es el caso. Para mí, esta película es un claro ejemplo de cómo joder una historia, ya de por si dañada, con un desenlace atroz.
Aun así, se deja ver porque aporta destellos de buen cine.


viernes, 11 de noviembre de 2011

"Aquel que dijo más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida"

Creo que he entrado en un bucle un tanto jodido del que no estoy seguro poder escapar...

Aquel que dijo más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida.
La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte.
Asusta pensar cuantas cosas escapan a nuestro control.

Me dispongo a charlar un rato sobre un film, como lo diría, un tanto especial. No estoy seguro si esa es la palabra correcta. Una película distinta, alejada de lo convencional (aun y contando alguna cosa cotidiana en las relaciones humanas), y sobretodo intensa. Una historia hermética, un tanto profunda y ejemplifica dora sobre como es nuestra raza y como puede llegar a actuar cuando se encuentra sometida bajo mucha presión. Y lo mejor de todo (a mi entender): Es creíble.
El director tiene mucho que decir en esta obra. Por supuesto en la mayoría de películas, pero en las suyas más si cabe. Su estilo único e intransferible no admite plagios. Es de ese reducido y selecto grupo de directores que podríamos incorporar a una imaginaria lista de "top ten". Aunque con un matiz, e importante: Yo creo (y no soy el único) que es un cineasta que no deja indiferente a nadie, o te gusta o no te gusta, no entiende de tonalidades de grises, es blanco o negro. Y yo, para joder un poco, voy a decir que me gusta pero no me entusiasma. ¿Entonces mi reciente "teoría" se va a la mierda? No exactamente. Su cine no me cautiva especialmente, sobretodo por sus relatos, pero eso no significa que sean malas, solo que a mi, a titulo personal, me gusta más otro tipo de genero e incluso otro tipo de estilo. Ósea que si tuviera que mojarme diría que estoy más bien en el bando de a los que nos les gusta o a los que les crea cierta indiferencia este director y que no es otro que Woody Allen. PERO, como siempre en la vida, nos guste o no, hay excepciones. Las excepciones son el arma más peligrosa para las personas con principios como yo. Si me hubiera regido por esta máxima, tal vez nunca hubiera visto la película de la que quiero hablar y que no es otra que Match Point. Doy gracias a Dios por no haberme escudado irremediablemente bajo la coraza de mis ideas pues ver este film es algo grande.
Y aunque quiero hablar de el por su final (dado que, como decía estoy dentro de una espiral relacionada con los desenlaces en las películas) quiero antes permitirme el lujo de comentar brevemente su fascinante y absorbente historia.
De entrada la ves y te preguntas, ¿puede pasar? Por supuesto que no.
Pues la respuesta correcta es; claro que si. ¿Porque no?
¿Como de débiles somos cuando se trata de tomar decisiones? ¿Como de frágiles? ¿Como de irracionales e impulsivos? ¿Como y cuanto? Mucho.
Yo creo que nos cuenta una historia sobre un dilema, sobre el dilema de un hombre que debe escoger entre tener una vida acomodada y fácil o no tenerla. Pasarme toda la maldita vida fingiendo o por el contrario pasármela huyendo. Y todo ello empujado por la irrefrenable pasión para hacia una mujer. Crónica de un deseo y sus consecuencias. Seria el titulo técnico. A medida que se desarrolla la trama, el espectador puede perfectamente sentirse atrapado y poderosamente afligido hacia el personaje de Jonathan Rhys Meyers (Chris Wilton). Si bien él se lo ha buscado, las consecuencias derivadas de sus actos no solo le corresponden a el. Esto es; el principal culpable de la situación por la que atraviesa (atrapado entre dos mujeres) es el mismo, pero la señorita Nola Rice (Scarlett Johansson) también tiene algo que decir en este affaire. Pero no es así. La película relata como de débil puede ser un hombre empujado por la pasión y el deseo. Y como de torpe. Porque en ningún caso nadie le ha puesto piedras en el camino, se las ha ido poniendo el solo. Hasta que se halla en un punto de no retorno. Y entonces hay que actuar, bajo presión, rápido y sin calcular demasiado sus acciones. Y he aquí, en este punto, cuando la película da un giro hacia un desenlace increíble y excepcional. Es exquisito ver la forma que Woody Allen tiene de resolver la historia. Sinceramente, ¿a quien se le hubiera ocurrido mientras veía la película que aconteciera un final así? Puede que ha alguien, pero por lo general... No se. Yo no lo hubiera predicho. Y luego lo piensas y te das cuenta que es una reacción estúpida e irracional pero, que tal vez sea la única forma de volver las aguas a su cauce.
Lo que más me sorprendió y por ello lo que más destaco es el final del final. Chris Wilton se ha tomado la justicia por su mano pero todo indica que, al no tratarse precisamente de un asesino a sueldo especializado en crímenes pasionales, lo acabaran deteniendo. Quizá en cualquier otra película de Hollywood, (recuerdo, debido a su casi enfermiza necesidad por los finales felices), el protagonista hubiera rendido cuentas ante la policía. Pero no en este film. No con este director. Allen le da otro enfoque. Quiere que su chico se quede con la culpa. Que lleve la vida placentera que siempre ha querido pero que nunca vuelva a ser el mismo. La culpabilidad siempre le acompañara. Puede que hubiera sido más fácil para todos si lo hubieran identificado como el autor material de los crímenes, pero como dice la cabecera de la entrada (cita extraída literalmente de la película) la vida es quistión de suerte. Y el espectador se queda con la siguiente reflexión: ¿Que es la suerte y en que sentido nos beneficia o nos perjudica? Y sobretodo, ¿para que sirve? Momento memorable; cuando el anillo rebota en la barandilla del puente. Que caiga dentro es mala suerte, que salga a la mar, buena. ¿Verdad? Quien haya visto la película me entenderá y quien no, ya sabe...
Por todo ello, por la historia, por la intensidad, el ritmo, los personajes (incluso por la maldita banda sonora) pero sobretodo por su sublime final, creo que estamos delante de una obra maestra. Para mí sin duda, la segunda de la que hablo en este blog.
Como mínimo ante el mejor final que he visto jamás, de momento claro esta.
Suerte a todos.


lunes, 7 de noviembre de 2011

"Sí ves a Declan antes de morir, dile que no sabe proteger a sus mujeres"

Vamos a dar la vuelta a la tortilla. Hablaba sobre un final sublime. Ahora lo hare sobre un desenlace lamentable. Es un claro ejemplo de a lo que vengo refiriéndome cuando digo que en Hollywood se premia el final-pastel o final feliz. Por lo menos, y perdonad la redundancia, final correcto. En esta ocasión quiero hablaros sobre Chacal. El remake del año 1997, con Bruce Wills y Richard Gere, entre otros.
Vaya por delante que este tipo de cine me entusiasme; el genero thriller policiaco, por así llamarlo. En esencia no deja de ser el clásico "poli bueno vs poli malo". Solo cambia el escenario y la trama. Solo es mucho decir, pero a la postre es eso. Cuando uno ha visto mucho cine y se sienta en su butaca a ver Chacal, por su adentros piensa: "- Ya la he visto". Esto es; uno tiene la sensación que lo que pretenden contarnos es previsible, nos acercamos a lo que pasara antes de que pase. Más o menos, claro esta. Creo recordar que en algún momento de este blog he mencionado el hecho que a titulo personal me encanta y que es de las películas que consiguen sorprenderme. Actualmente el ejemplo es hacia para los desenlaces, pero cabe añadir que, evidentemente, una historia puede sorprenderte en cualquier punto de la trama. En este sentido me guardo para comentar próximamente el titulo L.A Confidential, para dar buena prueba de ello.
Pero a lo que íbamos. The Jackal (título original) nos narra la historia de un asesino a sueldo sin identidad. Un tipo casi legendario al que nadie ha visto pero que es extremadamente peligroso. La fantasía a veces alcanza cotas inimaginables. Pero esa es una de las grandezas y excepcionales virtudes de Hollywood, la capacidad para gestionar nuestra imaginación. Por eso digo que me gusta este tipo de cine. En la película, a medida que avancemos en la historia, nos vamos cautivando por la elevada capacidad para el escapismo y la sorprendente habilidad para el anonimato del personaje protagonista (Bruce Willis) que incluso para más inri, no tiene siquiera nombre. El clásico (y ya obsoleto) argumento. No aparece en los archivos del FBI. Nadie le conoce, ese hombre no tiene identidad. ¿Quien es? Y sobretodo, pero si solo es un hombre, ¿que puede hacer? ¿Os suena? A mi si.
Pero da igual. No importa. Vamos a disfrutar de la trama. Adentrémonos en su mundo. Observemos como de meticuloso y prudente es el legendario hombre al que nadie ha visto. Veamos hasta donde puede llegar y comprobemos si es cierto que nadie puede pararlo. Primer gran error de la película (para mi el principio del fin). Puesta en escena, nos presentan a Chacal. Nadie puede vencerle y si se lo propone (por supuesto así será) nadie puede detenerle, ni a el ni a sus actos. Pero aparece en escena el guapito de cara de Richard Gere (permitidme hacer un paréntesis para verter mi opinión sobre este actor, al cual casi detesto precisamente por su estela de chico guapo, atractivo y seductor al que nadie puede hacerle sombra y que cuando aparece en una película es como si el resto no valiese para nada. Todos los focos deben apuntarlo a el y naturalmente el es el bueno buenísimo y debe vencer, sea cual sea su cometido. Un hombre que apareció una vez en una película llamada Pretty Woman (que tal vez os suene) y que desde entonces se encasillo en el apartado de súper-hombre de Hollywood. Sus apariciones no aportan nada y carecen de credibilidad a excepción echa de films basados en historias sensiblonas de amor con un final mas previsible que la vida. En Chacal, su personaje rompe con toda la trama. Cuando aparece, como el perfecto hombre asustado, puteado injustamente y al que hay que liberar de toda culpa, uno se pone las manos en la cabeza. Los más sentidos, incluso sienten nauseas) Cierro paréntesis.
La película empieza a ser previsible cuando el salta a escena. En serio, quien haya visto la película ¿alguien cree que Declan (nombre de su personaje) va a perder? Ni de coña. Mientras tanto, Chacal (Bruce Willis) se esfuerza por llevar a cabo su misión, los otros pueden estar mas que tranquilos con el "fichaje" que acaban de hacer.
Ya avanzo que estoy hablando de la primera película que no vale una mierda. Pero no lo vale por lo que he mencionado del Richard Gere y por las estúpidas y desafortunadas decisiones en cuanto al guion. Yo me quedo casi exclusivamente con los momentos en que aparece Chacal y observo como es la vida de un hombre sin identidad, un hombre que no existe. Se me ocurren algunos ejemplos similares, como son Misión imposible (en cualquiera de sus pobres volúmenes), Caza al terrorista, El profesional León, o Heat. Un día hablare sobre Heat. Cualquiera de estos ejemplos se aproxima a lo que vengo a referirme (a excepción echa de Heat, que aunque también tiene un final asqueroso, vale mucho más la pena): Historias previsibles y planas que podían haber sido grandes historias pero que se quedan por el camino.
Pero es que Chacal tiene un par de agravantes muy preocupantes. Mientras el malo (Bruce Willis) tiene la situación controlada, el bueno (Richard Gere) esta completamente perdido. Se van dando detalles sobre como a sido su vida anterior (pobrecillo) y se observa como parece ser que no tiene ni una maldita posibilidad de pararle los pies. Esto consigue un efecto de empatía y compasión hacia el bueno por parte del espectador. Es un engaño.
Es una forma de allanar el camino para el patético y previsible desenlace. Yo cuando la vi me resistí a pensar que acabaría así, e incluso si la vuelvo a ver la paro aproximadamente a media hora del final.
Fijémonos ahora en el detalle más de bulto que a mi entender acontece: Es la frase que da titulo a la entrada. Chacal, ya lo he dicho, es un hombre que no comete errores, así nos lo han vendido desde el minuto 1. Pues bien, disparando a la coronel del ejercito Ruso (que tubo un medio affaire con Declan, evidentemente), deriva en una pista clave para que finalmente puedan deducir cual es el verdadero objetivo de Chacal. Si no, nadie imaginaria a quien quería cargarse Chacal. Venga hombre!
Toda la trama se sujeta por un hilo muy fino, pero a partir del momento en el que se descubre el pastel, la situación ya se torna insostenible e inaguantable.
En resumen gana el bueno, y lo hace de una forma épica, como no podía ser de otro modo. Incluso le dejan escapar tras hacerse amigo de "sus" policías. Conclusión: muchas veces se premia el final feliz y una de las premisas básicas en Hollywood es la de la victoria de la bondad. Graso error.
Aun así, y ya para terminar, este film fue en cierto modo un referente para mi en un sentido negativo. Aunque dentro de mi infinito pesimismo, le conseguí dar una vuelta de tuerca y decidí que se convirtiera en un referente pero para algo positivo. A saber: se hubiera podido convertir en una muy buena película (nunca una obra maestra) si como mínimo no hubiera ese desenlace. Ya no digo nada de quitar a Richard Gere que aunque lo deteste no es mal actor. Solo me irrita su personalidad, la imagen que proyecta.
Siempre he pensado en finales alternativos para esta cinta y los voy a decir por dos motivos; 1) porque si no reviento y 2) porque el blog es mío xD.
1) Nadie descubre nada, Cachal se sale con la suya, asesina a la primera dama, escapa y aquí paz y después gloria. Tal vez sea un tanto radical pero en cualquier caso seria valido.
2) Descubren sus intenciones pero aun así consigue matar a la primera dama. Luego se lo cargan.
3) No consigue asesinarla pero consigue escapar. Bien contado, quizá fuese la mejor elección de todas.
En definitiva, no jodamos una buena historia con un mal final. O lo que es peor, no jodamos una mala historia con un mal final. Aunque al fin y al cabo, viene a ser lo mismo. El desenlace es imprescindible, tanto en el cine como en la vida.
Por suerte, no siempre es así. Veréis un ejemplo ya.


domingo, 6 de noviembre de 2011

"Largo y escabroso es el camino que del infierno conduce a la luz"

A veces ves una película y te preguntas ¿puede ser? es decir, ¿lo que están contando es creíble? ¿Es posible? Pues a veces si, a veces no. Tiene mucho que ver con el imaginario colectivo, o con el individual. Incluso tiene que ver con la percepción que tengamos cada uno de la realidad.
Cuando ves una película como Seven, y ves su final piensas ¿Es posible? ¿Y que mas da? No importa. Es una historia demasiado buena como para que importe. Y sobretodo, hay un desenlace tan impactante, tan atípico en el universo Hollywood que lo de menos es su credibilidad. Incluso si al inicio de la cinta, en el cuadro de créditos pusieran "basada en hechos reales", aun así, no importaría, al menos a mi.
No tengo mucho que decir en esta ocasión. "Solo" la pongo como ejemplo por el final, aunque toda la trama merece un aplauso, casi una ovación. Admiro los profesionales capaces de sacarse de la nada un guion como el que cuenta esta película. En líneas generales es muy buena. Con el desenlace es magnifica. El director (David Fincher, del cual si me acuerdo dedicare también una entrada) ha decidido desviarse del final feliz y acorde con los cánones del cine moderno para presentar una alternativa demoledora e impactante que te deja con la boca abierta. Incluso, dentro del final anti popular (por decirlo de alguna manera) que se describe, ha escogido el peor. Dentro del malo el peor. No solo el detective David Mills (Brad Pitt) pierde a su esposa, si no que además pierde su vida disparando a John Doe (Kevin Spacey). Es un desenlace perverso y crudo. El mejor.
La atmosfera de desasosiego que se crea y que dura toda la trama deja entrever que nada bueno puede acabar sucediendo. Fincher encontró la tecla, la pulsó, y e aquí el resultado.
Yo creo que la película nos intenta asimismo dar una pequeña lección de la vida. No todo son pequeñas degustaciones de buenos momentos. Ya lo sabemos, pero no lo olvidemos. Y lo dejo aquí, me quedo con ello. Si alguna vez nuestras vidas nos parecen felices, o al menos correctas, tranquilos, que no cunda el pánico. En cualquier momento se puede ir todo a la mierda.

- Ernest Hemingway escribió una vez: El mundo es un buen lugar por el que merece la pena luchar.

No estoy de acuerdo con ninguna de las dos partes.