lunes, 31 de octubre de 2011

"Bueno, puede estar tranquilo señor Ullman, porque eso no me va a pasar a mi".

Si hay algo que le reprocho a Hollywood en sus trabajos es la falta de cuidado por los detalles en algunas (muchas) de sus películas. Claro esta que culpar directamente a la industria no es del todo justo, pues cada cineasta tiene individualmente su dosis de responsabilidad. Pero sea como sea, he visto en mi vida infinidad de películas que cojean por algún lado en cuanto a detallismo se refiere. Un peldaño más arriba están los gazapos. Distingo uno (el detalle) de otro (el gazapo) pues por definición no es lo mismo, aunque técnicamente si. El nivel de detalle es directamente proporcional al perfeccionismo del autor y se refleja en los planos, la puesta en escena (attrezzo), el guion, etcétera. Un gazapo es algo más exagerado. Un día dedicare una entrada ha hablar sobre ellos.
Pero a lo que íbamos. Permitidme un símil con la vida misma: La vida son esas pequeñas cosas, esos pequeños momentos. En el cine, a veces son esos pequeños detalles los que convierten una historia buena en muy buena, o por el contrario, mala en muy mala. Aunque la comparación es algo cursi no por ello deja de ser veraz. No voy empezar a poner ejemplos sobre lo que digo. Quien lo lea pensara los recuerdos que tenga de cada película que haya visto.
El prologo no era más que para "presentar" (aunque no necesita presentación) a uno de los más grandes cineastas (y no lo digo yo) del siglo XX. No es otro que Stanley Kubrick. Su forma de hacer cine, así como su visión y la ejecución técnica de sus trabajos, crearon un referente dentro de la industria. Por varios motivos, pero al que yo quiero hacer referencia es al de los detalles. Y para demostrarlo, de su filmografía (algo limitada, todo hay que decirlo) he escogido uno de sus clásicos, El resplandor. Película basada en el libro homónimo de Stephen King. Ahora me veo en la obligación de hacer un paréntesis para dedicar unos instantes a este escritor Norte-americano del que me declaro un fiel seguidor.
La verdad es que el merito de Kubrick en esta película es relativo, pues partía de esa novela y entonces siempre es más fácil trasladarlo a la gran pantalla. Su merito es innegable y su producto final, con su toque y su estilo lo elevan ha los mas altos niveles de calidad. Pero era un guion ya hecho. Quería mencionar a King por la abrumadora capacidad que tiene para contar historias. A todos aquellos a los que les guste el género de terror, por favor que no dejen de leer alguno de sus libros. Su capacidad narrativa te absorbe durante la lectura. En ocasiones parece que estemos reviviendo nuestras pesadillas mas profundas, más oscuras y más terroríficas. Te adentras en un universo paralelo, del que esperas salir y ha ser posible con un final feliz, echo que no se suele dar. Buena prueba de ello es el titulo al que vengo refiriéndome, El Resplandor. Cierro paréntesis
El resplandor, historia que nos cuenta las andanzas de una familia de clase media americana a la que se le encarga la tarea de mantener en buen estado un hotel en medio de ninguna parte y donde el crudo invierno hace las delicias de los protagonistas.
Tan agradable e idílico es el entorno, que Jack Torrance (Jack Nicholson) decide casi por inercia volverse loco de atar. Pero no es un loco cualquiera. He llegado a oír que fue el loco mejor interpretado de la historia del cine. Estoy de acuerdo.
Aprovecho este hilo para ahora si, hablar sobre lo que me interesa de esta película, recuerdo, el nivel de detallismo. Para empezar me fijo en una de las escenas mas famosas y recordadas del cine moderno: El momento en que Jack Torrance revienta (no hay otra palabra que lo describa mejor) la puerta del baño. Aquella puerta que le separa de su esposa Wendy (Shelley Duvall). Aquel pequeño trozo de madera que la mantiene a salvo de los hachazos que su marido cree conveniente propinarle. Fijémonos en la ejecución de la toma: Imagino que para rodarla, harían primero un pedido algo extenso de puertas al carpintero. Tras intentarlo en unas cuantas ocasiones (no lo se), al fin consiguieron la imagen perfecta. El propio Jack Nicholson es el que se carga la puerta, todo en una misma secuencia, a riesgo de como quede. Claro esta, atacar una maldita puerta de madera con un hacha tiene un desenlace imprevisible. Pues hasta que no se consiguió el orificio perfecto, (aquel por el que se cuela solo el diámetro de la cabeza del protagonista), no pararon. Es perfecto. Estamos de acuerdo en que se podían conseguir infinidad de resultados. Pero se busco el detalle. Tal vez si alguien lee esto pensara que estoy diciendo una gilipollez sin sentido, pero para mi tiene mucho sentido.
Por otro lado, fijémonos en el hotel. En todo momento, aunque aparentemente no lo parezca, todo esta en su sitio, ordenado, correctamente colocado. La distribución y montaje del escenario, claro esta, correr a cargo del director. Su visión analítica así como su percepción cinematográfica sobre como relatar una historia acarician un estado de perfección que a la postre, el espectador, sin saberlo ni obsérvalo, traduce en fascinación hacia la historia que nos están contando.
Cine de miedo. Infinidad de películas. Un género que nunca ha conseguido despegar. Siempre esta en entredicho. Transmitir el miedo es muy complejo. Aunque aparentemente no lo parezca, pues todos nos regimos por unos patrones estándar que identificamos como universales sobre la percepción del terror. Pero es un sentimiento muy subjetivo que cada uno canaliza de una forma distinta. Dicho de una forma sencilla, las mismas cosas nos asustan, pero no las procesamos de igual modo.
A parte, siempre o casi siempre, se ha relacionado el miedo con la sangre, las vísceras y los "sustos". La combinación de cualquiera de estos ingredientes es lo que esperamos ver cuando vemos en la cartelera una cinta de terror. Kubrick cuenta el miedo distinto, lo cuenta al detalle. Se aleja de la sangre, las vísceras y los "sustos". Solo si son estrictamente necesarios. Y lo son porque el personaje (su personaje) con su perfil único e intransferible, en uno u otro momento de la historia, así lo sentirá. Lo que digo es que en El Resplandor, el miedo no es obligatorio. Es imprevisible, y se improvisa. Lo que el espectador presencia es como un hombre se vuelve loco, nada más. Por supuesto es cierto que a parte hay toda una trama que rodea al hotel, hechos que ocurrieron, que sujetan la historia. Pero en ningún caso se fuerza la situación. No estoy seguro si logro explicarme, espero que si.
Eso para mi, es cuidar los detalles.
Una ultima apreciación en este sentido: la forma de rodar, la técnica. Kubrick, no solo en esta cinta, utiliza mucho el recurso del plano largo, combinado con el plano-secuencia. A los planos largos fijos les suele imprimir un zoom lento que se acerca a la acción. En los planos-secuencia suele dedicar un tiempo relativo, nunca suelen sobrepasar el tiempo necesario, aquel que los convertiría en planos pesados y sin más información. Uno de los ejemplos más claros en esta ocasión es el mítico del pasillo con el niño encima de su juguete, pedaleando y avanzando. Esta escena se repite en un par de ocasiones. Realmente son planos sin mucha complejidad, pero apabullantemente efectistas. El efecto de terror que le imprime este tipo de planos queda claro viendo la película. Si no, recordad la escena a la que vengo refiriéndome, la del pasillo, la segunda (cuando aparecen las gemelas muertas) y me diréis. Cualquier otra forma de rodarlo no hubiera sido lo mismo. Un ultimo ejemplo igual de valido es cuando el crio esta escondido en un armario y su padre lo esta buscando. Plantar la cámara y esperar los acontecimientos. Es perfecto. Por parte de kubrick es un detalle hacernos ver el cine de ese modo, de su modo.

No quiero cerrar esta historia sin hacer mención a un tema que tenia en mente desde que empecé a escribir. Como decía al inicio (dudo que alguien se acuerde ya), si hay algo que le reprocho a Hollywood es su falta de cuidado por los detalles. Pues hay otra cosa que le reprocho y aun con más insistencia si cabe. La casi enfermiza obsesión por los finales felices. Odio con todas mis fuerzas ver una película, que por giros del guion, se ve obligada a acabar bien, de forma feliz. No es así, no debe ser así. Y se me ocurren tres o cuatro ejemplos....



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