martes, 11 de octubre de 2011

"Yippie-kay-yay mother fucker"

Para publicar todas y cada una de las entradas, no voy a seguir ningún orden. Ni por categorías, ni por directores, ni por años, nada. Sera algo espontaneo. Esto es, cuando me venga una película a la cabeza y quiera comentarla, pues ese día será su turno. Por algo el blog es mío, coño xD. Entonces, que nadie se sorprenda si un día hablo sobre "Algo para recordar" de Tom Hanks, y al día siguiente sobre "El resplandor", de Jack Nicholson.
Pues bien, aclarado este punto, me dispongo a hablar sobre el segundo film. Hoy abrimos las puertas para que entre el mítico y carismático John McClain (Bruce Willis) y su no menos mítica y carismática frase "Yippie-kay-yay mother fucker". Todo ello acompañado de su secuela (mítica y carismática, por supuesto) Jungla de Cristal. Hoy hablare sobre todas las 4 películas que conforman la secuela Jungla de Cristal. Indistintamente de una que otra. Tal vez, en ocasiones posteriores solo comente una de alguna saga, la verdad no lo se, este blog esta abierto a la improvisación. Pero en esta ocasión lo hare sobre las cuatro. Pinceladas de una y de otra. Aunque antes de ponerme a escribir deduzco que me centrare algo más en la primera porque es la más referente. E incluso quizá la mejor.
Así como algunas cintas son de obligada visualización para todos los amantes del cine ("El Padrino" es uno de los ejemplos más clásicos), otras no. Mi primer comentario fue sobre "Taxi Driver". Una de esas películas que se incluyen en la categoría de las que "hay que ver". Ello no ocurre con el cine de acción. Ese tipo de cine que por supuesto tiene fans (y seguramente más de los que creemos) pero que nunca llega a formar parte de la elite en cuanto a cine de refiere. El espectador siempre es un poco reacio a esta categoría. Los grandes críticos, el gran publico, todos se alejan un poco de el, lo miran desde la distancia, siempre con cierta dosis de escepticismo y tal vez nunca sin juzgarlo debidamente. Con algún que otro prejuicio. He de decir que creo que entiendo porque. El motivo es sencillo: El cine de acción no cuenta historias reales, veraces. Esa es la palabra; veracidad. Credibilidad. No representa el arte que se le supone al celuloide. No es arte, quizá, es entretenimiento. Simplemente. Cuesta identificarse, meterse en la piel de los personajes. Comprender una realidad. Reflexionar, sacar conclusión, etcétera. Todo lo que una buna historia puede darnos nos lo quita el cine de acción. Estoy de acuerdo.
Sin embargo, eso no significa ni mucho menos que estemos hablando de una categoría menor, tanto en contenido como en arte. Estamos hablando, si a caso, de una disciplina distinta. Y aquí es donde radica la grandeza. Para apreciar una historia de acción, "basta" con poner un poco de nuestra parte y adoptar una actitud abierta, soñadora, y alguna otra palabra que no alcanzo a encontrar. "Colarse" un rato en la piel del personaje, tal vez sin empatía, y dejar volar la imaginación. Así se puede disfrutar de una de estas películas.
Dicho esto, nos adentramos pues en el imaginario y fantasioso mundo del cine de acción. Acción en mayúsculas. De la mano del director John McTiernan nos llego en el año 1988 "La Jungla de Cristal". Cinta que en cierto modo revoluciono el mundo de los disparos y los puñetazos al convertirse en un referente que contaba alguna cosa distinta, o de distinta forma. Tal vez a excepción de "Depredador" (del propio McTiernan) y alguna más que seguramente existía y no conozco o no recuerdo, pocos films más se adentraban de esa forma tan salvaje, brutal, dura, e incluso sucia, en el mundo de la acción. En el año 88 quedo oficialmente inaugurado el thriller moderno de acción. Evidentemente es mi opinión y habrá quien discrepara e incluso quien me mandara a la mierda. Menudo rollo... Vamos a lo que interesa.
¿Porque digo todo esto? ¿Porque tantas alabanzas a la saga "Jungla de Cristal"? Principalmente por dos motivos: Uno porque cuando las he visto, he conseguido abstraerme de la realidad y he disfrutado mucho con la puesta en escena. Y dos porque me declaro abiertamente fan de John McClain y de su carisma del que antes hablaba. Todas las películas, las 4, tienen un nexo de unión en común: La forma de hacer, el modus operandi de Bruce Willis. Es de esas interpretaciones que le van como anillo al dedo, un traje a medida. Dudo que nadie mas pudiera haber sacado tanto jugo al personaje como el bueno de Bruce.
Me entusiasman los personajes: John McClain, antes de patear el culo a los malos, suelta su poderosa y contundente frase "Yippie-kay-yay mother fucker". (Como curiosidad, esa era una forma común de saludarse en el antiguo Oeste. Evidentemente sin el mother Fucker). Excepto en la cuarta entrega, donde había que colar la frase como fuera y se nota que es forzada, por lo tanto pierde su fuerza y carisma, en las demás, la suelta en momentos álgidos y siempre con poder. Es como un: "aquí mando yo y hasta aquí llega vuestra aportación de hoy, malditos hijos de puta".
A modo de ejemplo, me parece muy acertada (quizá la que más) la segunda parte "la Jungla 2. Alerta roja" Tal como ha transcurrido la historia, el hecho de terminar con los malos desde una pista de aterrizaje, en el suelo, herido y con un mechero, es sencillamente genial.
Del mismo modo, muchos de los personajes que aparecen en todas y cada una de las películas siguen en la línea carismática, autentica, del protagonista: El jefe de la banda de ladrones de la 1, Hans. Con su apariencia, dialogo, modo. Transmite lo que en el se le supone; esencia de líder. Asimismo sus socios, todos y cada uno. Entre ellos, sumados, le otorgan ese punto de credibilidad a la historia que se le acusa de no tener al cine de acción.
Del mismo modo me parece genial la aportación de Jeremy Irons en la tercera parte, encarnando el papel de Simon, un mercenario atípico por su capacidad estratégica y sus "buenos modales".
Otro detalle importante en cuanto a personajes se refiere: En todas y cada una de las entregas de la saga, me llaman la atención los compañeros de John McClain, todos los que por inesperados giros del destino, acaban de su lado y no como meros espectadores, si no que participando activamente en la consecución de los objetivos de Bruce; patear los culos de los malos. Me llama especialmente la atención el caso de Samuel L. Jackson en la tercera parte. Es como el compañero perfecto. El socio ideal de John McClain, con la misma seguridad en si mismo, la misma contundencia tanto en sus actos como en sus palabras. Si nos fijamos en un detalle, y con esto ya concluyo, en todas las películas, un socio/compañero acaba acompañando al protagonista. Naturalmente es un reclamo para el espectador, no tiene mucha mas historia. Pero creo que (quizá excepto en la primera) siempre consigue su objetivo: "enganchar" al espectador. En la primera su contacto en la calle, Al Powell. En la segunda varios empleados del aeropuerto. En la tercera ya lo he dicho, y en la cuarta el chico, más inocente que Bambi atado. Nueva formula idéntico resultado. Se busca el contraste entre los dos protagonistas. Bien logrado.
Todo (o casi todo) en estas 4 películas de acción es autentico. Sin realmente serlo en el término más literal de la palabra, lo es en un sentido más filosófico, más etéreo. En resumen, esa es la palabra que acompaña a la saga Jungla de Cristal. Algo autentico de ver y oír.

Aunque la más autentica es la primera entrega. El solo contra todo, un desconocido contra el mundo. En clara inferioridad, sin saber muy bien a que se enfrenta. Su mujer como rehén... y descalzo. Aun así se permite el lujo de provocar hasta la exhaustacion a los malos.



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